Se retrasará un semestre, contra la inauguración prevista en diciembre de 2023. El Tren Maya, proyecto ferroviario de más de mil 500 kilómetros en el sur-sureste del país, presenta un retraso que lo llevaría a estar listo hasta mayo del 2024, de acuerdo con el tercer convenio modificatorio del tramo 5 sur.
Lo anterior significaría una demora de al menos seis meses contra lo presupuestado por el gobierno que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, que anticipaba que la obra sería finalizada en diciembre del 2023.
El tramo que va de Tulum a Playa del Carmen es uno de los que aún no ha podido comenzar su construcción debido al cambio de ruta anunciado hace unos meses por el gobierno federal y que, de acuerdo con la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) regional presentada para esta obra, pasará, ahora, por zona selvática.
“El nuevo trazado discurre en su mayor parte, por zona selvática, detrás de los desarrollos inmobiliarios previstos en el área de afectación”, indica en su capítulo II, el documento de impacto ambiental que consta de casi 5 mil páginas.
El cambio al Tramo 5 del Tren Maya se debió a la aparición de socavones en el segmento que va de Cancún a Tulum y ante la inconformidad de los hoteleros que reclamaron al gobierno las afectaciones a la carretera 307, la única que permite el acceso a ambos polos turísticos, los más importantes del país.
En el cronograma de trabajos entregado para la autorización de obras en el tramo 5 sur de la obra, el gobierno estima que la construcción de esta vía, uno de los segmentos más importantes por su atractivo turístico, durará dos años a partir de la obtención de los permisos ambientales, documentos que la Federación estimaba obtener en mayo.
“Se tiene previsto que los trabajos de construcción inicien una vez obtenidas las autorizaciones en materia de impacto ambiental. La duración para la ejecución de las obras incluidas las pruebas de infraestructura y equipo es de aproximadamente 24 meses”, detalla la MIA regional. Dichas autorizaciones no han sido entregadas e, incluso, un juez otorgó una suspensión definitiva contra la megaobra, particularmente en el tramo 5.
El amparo 884/2022 fue promovido por buzos profesionales que han denunciado deforestación en las zonas selváticas de Playa del Carmen, Akumal y Tulum, zonas por donde se pretende pasará el Tren Maya. Bajo ese escenario, las obras del tramo de 67.6 kilómetros que va de Tulum a Playa del Carmen no estará listo sino hasta después de junio, un semestre más tarde de lo prometido por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha asegurado en varias ocasiones que una de sus obras prioritarias estaría terminada a finales del año siguiente.
Ante la suspensión definitiva del tramo 5, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) aseguró que las obras sólo estarán suspendidas en tanto se aprueba la MIA entregada por la propia dependencia federal.
“Fonatur considera que existen suficientes elementos para que la MIA sobre el Tramo 5 Sur sea autorizada, lo cual en su momento permitirá superar la suspensión ‘definitiva’ otorgada por el Juez Primero de Distrito en Yucatán y continuar los trabajos del Tren Maya en esa zona”, indicó el organismo dirigido por Javier May.
Tras el inicio de la pandemia, los retrasos en la obra comenzaron a presentarse por la falta de suministro de materiales que tenían demoras en sus tiempos de entrega, además, los múltiples amparos tramitados en contra del Tren Maya por activistas, ciudadanos, científicos y actores, han mermado en los tiempos de avance del proyecto ferroviario. Las medidas de mitigación.
De acuerdo con la Manifestación de Impacto Ambiental regional para el tramo 5 sur, la zona por la que pasará el Tren Maya se concentra en poco más de mil 891 kilómetros cuadrados, de los cuales, el 53 por ciento corresponden a selva mediana subperennifolia (con árboles no mayores a 15 metros) y con sólo el 5.2 por ciento de asentamientos humanos.
Las medidas de mitigación para el proyecto ferroviario contemplan la construcción de pasos de fauna, el desmonte de flora en etapas, además de señalética para advertir de la presencia de animales en la zona, de los cuales, la caza estará prohibida.
“La mayor proporción de afectación se estaría dando en áreas de vegetación secundaria o que presenta cierto grado de afectación previa”, aseguró el Fonatur en el capítulo VII del estudio de impacto ambiental. No obstante, ambientalistas y activistas agrupados en el colectivo SélvameDelTren, han advertido que, con la construcción del proyecto, se talarán miles de árboles y se propiciará la contaminación de ríos subterráneos.
Cabe destacar que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales determinó llevar a cabo una consulta pública de la MIA del 23 de mayo al 17 de junio. El Financiero/Aldo Munguía Foto: Martín Zetina/Cuartoscuro