Más de un centenar de discos dan cuenta de la trayectoria del cantante, guitarrista y compositor Willie Nelson. A pesar de que no siempre fueron hechos en condiciones idóneas, constituyen un generoso espacio para preservar sus canciones. “Cuando un amigo me preguntó por qué demonios publicaba tantos álbumes, le dije que por la misma razón por la que las vacas daban tanta leche. Uno tiene que sacar lo que lleva dentro”, cuenta Nelson en su estilo desenfadado en su autobiografía Es una larga historia. Mi vida (NeoSounds, 2021), escrita en colaboración con David Ritz.
Superestrella que ha tenido sus altas y bajas, mantiene el espíritu en alto gracias a su música. En la introducción del libro escrito cuando tenía 82 años advierte: “desde que cumplí los 80 he escrito un par de docenas de canciones, he grabado cinco álbumes y he ofrecido más de 300 conciertos. No lo digo por alardear, sino para reafirmar mi convicción de que la esencia de mi trabajo (…) se basa en la simple tarea de contar historias”.
Prolífico compositor, Nelson asegura que las canciones “son regalos misteriosos. Sé que nacen de la experiencia y del sufrimiento verdadero. Sé que nacen Contador de historias de la incertidumbre y el miedo”. Mucho tiempo tuvo que pasar para que alcanzara el éxito, pero ni en los momentos más álgidos sabía que ese momento llegaría.
Uno de sus grandes éxitos es “Crazy”, que grabó en 1961, aunque afirma que prefiere la versión de Patsy Cline. “Ella comprendió la letra en toda su profundidad. La cantó con delicadeza, alma y una dicción perfecta. Ni exageró ni se contuvo”, asegura, aunque bien podría estar hablando de su propio estilo, ese que llega directo al corazón.
Los pasajes sobre su intensa vida en la carretera, sus desencuentros con promotores mezquinos y productores de discos que no entendían su estilo, más su agridulce vida amorosa y su lucha con el alcohol, se equilibran con las narraciones sobre el hallazgo de músicos afines, el reconocimiento masivo y su entrega irredenta a quienes lo han seguido en vivo durante tantas décadas.
Nelson, un músico sumamente querido, reconoce errores que le han costado caro. “A veces la ambición te puede nublar el juicio, pero al menos tienes autonomía –escribe–. Tú decides tomar este o ese camino, acatar órdenes o rebelarte, quedarte en casa y recomponer una relación o marcharte e iniciar otras. Yo soy un trotamundos, un rebelde. Siempre lo he sido. Lo llevo en la sangre”.
Con 89 años, actualmente Willie Nelson está de gira y, casi invariablemente, con localidades agotadas. ¿Alguien interesado en traerlo a México? Milenio/Xavier Quirarte