Columna: 24 Horas España Alberto Peláez www.24-horas.mx
Desde los balcones de España seguimos viendo el discurrir de la pandemia. Vamos desescalando poco a poco, pero el virus ha dejado un estigma global en el planeta.
Nunca pudimos imaginarnos algo de las consecuencias del coronavirus. No entraba ni en la antesala de la imaginación. Eso sí, como siempre, fue Hollywood el único que nos daba tips con sus películas tan visionarias como acertadas.
Todos nos planteamos cómo sería la sociedad mundial después de esta pandemia. Habrá que sacar conclusiones para que los años venideros se puedan adecuar a sociedades más justas y filantrópicas. Ojalá estas sean partes de las conclusiones de la pandemia.
La economía tenderá a ser más proteccionista. Así como Trump habló de su America First, las sociedades buscarán un comercio y unas finanzas más de casa. Se tenderá a consumir productos de la tierra, primero de cada país. Luego del resto, lo que provocará problemas comerciales con otros países.
Volveremos a ver a la familia como algo primordial. El final del siglo XX y el principio del XXI dio lugar a experimentos en el núcleo de la sociedad, desterrando el concepto de toda la vida por el que se ha regido el mundo. La familia fue el modelo a seguir como núcleo de la sociedad y nos encargamos de destruirla. Habrá que volver a ella si queremos alargar la convivencia tal y como la conocemos.
El medio ambiente será prioritario. Hemos ido acabando con el planeta, especialmente en los últimos treinta años. Los golpes que le propinamos parecía que no tenían que ver con nosotros. Sin embargo, es nuestra casa, es nuestra Tierra. La utilizamos como si hubiera sido nuestro estercolero, como si hubiera más tierras, cuando sólo tenemos una y tenemos que cuidarla.
Cuidaremos más de nuestra salud y de nuestro cuerpo. La pandemia nos enseñó la importancia que tiene la salud en nuestras vidas, cómo debemos cuidarla. Volveremos al deporte y a la alimentación sana como un bien común, en detrimento del exceso y la superficialidad. Entenderemos qué quiere decir la longevidad de calidad, como el bien común al que todos queremos llegar.
También las relaciones humanas se modificarán. El abrazo, el apretón de manos dejarán de existir, al menos de momento. Sin embargo, volveremos a entender el concepto del diálogo. Daremos una vuelta de tuerca a la tecnología, los celulares, Internet. Sabremos que son importantes, pero que lo son mucho más las relaciones humanas.
Si no llevamos a cabo todo esto, no habremos entendido nada del coronavirus.