- La adhesión a la mandataria capitalina por parte del grupo de Los fundadores o duros, comandado por los directores de Pemex y de Fonatur, Octavio Romero Oropeza y Javier May Rodríguez, respectivamente, no es propiamente por una identificación con ella; es, más bien, el pretexto ideal para cobrarle viejas cuentas a Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación
La suma del grueso de la militancia de Morena en Tabasco a Claudia Sheinbaum Pardo no es una muestra total de simpatías a la candidatura de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, sino un viejo problema entre quienes se consideran los verdaderos representantes de Andrés Manuel López Obrador y los priístas que llegaron recientemente para quedarse al joven instituto político y que hoy ocupan las mejores posiciones en el régimen, mientras se encuentran fuera del presupuesto los que acompañaron al Presidente en las épocas de vacas flacas.
La adhesión a la mandataria capitalina por parte del grupo de Los fundadores o duros, comandado por los directores de Pemex y de Fonatur, Octavio Romero Oropeza y Javier May Rodríguez, respectivamente, no es propiamente por una identificación con ella; es, más bien, el pretexto ideal para cobrarle viejas cuentas a Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación, quien en las elecciones de 2018 metió al vintotinto en apoyo de su candidatura a la gubernatura a la legión de militantes del PRI con que trabajó en su paso por el Revolucionario Institucional.
El verdadero artífice de la estrategia de que el lopezobradorismo se adhiera en la tierra del Presidente a Sheinbaum es Octavio Romero, como una manera de evitar a toda costa que Adán Augusto logre llegar a Palacio Nacional y/o puede imponer al próximo gobernador de Tabasco.
El titular de Pemex no supera que él se haya integrado primero a la causa del de Macuspana y que el hoy responsable de la política interna del país, que llegó a ese movimiento en 2001, poco después de haber sido coordinador de campaña del candidato del PRI a la gubernatura, Manuel Andrade Díaz, de pronto se haya colado hasta un lugar de privilegio al lado de AMLO.
El desencuentro entre ambos empezó a sentirse en 2012 que López Hernández trató de ser candidato a la gubernatura del PRD lopezobradorista y Octavio Romero apoyó a Arturo Núñez Jiménez con el afán de trancarle la entrada a aquel.
En 2015 el choque fue más evidente: ambos apetecían la candidatura a la alcaldía de Centro. Según dijo en ese año en el programa Telereportaje Adán Augusto, él aventajaba en las encuestas internas dos a uno al hoy titular de Pemex, pero intervino López Obrador y mediante una llamada telefónica a ese noticiero radiofónico desde la Ciudad de México, desmintió al que decía ir adelante y aseguró que ambos estaban “empatados”.
En esos comicios intermedios Andrés Manuel prefirió a Octavio y este fue el abanderado a la presidencia municipal de Villahermosa, perdiendo de muy feas maneras: en el proceso constitucional de 2015 quedó en tercer lugar y en las elecciones extraordinarias de 2016, ante la anulación de los comicios en Centro por parte del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, se fue hasta el cuarto lugar, siendo superado hasta por la abanderada del PVEM, Rosalinda López Hernández.
En 2018 Octavio quiso ser abanderado a la gubernatura, pero AMLO ya había decidido que el bueno sería Adán, por lo que fue enviado como delegado de Morena a Hidalgo con la finalidad de congelarlo y, así, no obstaculizara la campaña de López Hernández.
Para 2024 ha empezado ya otro episodio más del diferendo entre Adán y Octavio, ahora con el agravante de que el primero es aspirante presidencial y secretario de Gobernación, además de tener el control completo de la administración de Tabasco, lo que le da cierta ventaja en el pleito que por años ha tenido con el hombre de todas las confianzas financieras del Presidente.
Esto es, Octavio ha decidido que el lopezobradorismo apoyará por la gubernatura a Javier May y que esta vez no dejará que AMLO trate de arreglar los pleitos domésticos.
En 2024, razonan Los fundadores o duros, el de Macuspana ya habrá pasado a la historia y ellos, Octavio y Javier, aun quieren estar en la política y con Adán en activo consideran que corren un alto riesgo de muerte política.
Así que sí o si el responsable del Tren Maya deberá ser gobernador de Tabasco o, en el peor de los casos, alguien del grupo, pero jamás un allegado a Adán Augusto.
La lucha es a muerte, cuerpo a cuerpo. Diario El Independiente/Rodulfo Reyes