El consumidor mexicano está modernizado sus compras mediante el canal en línea y está dejando de comprar físicamente en el canal tradicional por el confinamiento.
Forbes México/Negocios Foto: ph
Una reducción en las compras en el canal tradicional, aunado a un acelerado crecimiento de los canales de venta en línea de los supermercados, ha provocado que las tienditas tengan pérdidas en sus ventas y tiendan a desaparecer, señalan algunas consultoras de análisis de mercados.
“El canal tradicional –el de las tienditas—está cediendo participación de mercado al canal moderno ya que el canal tradicional depende mucho del tráfico de a pie y de compras de impulso y ambos están decreciendo lo que impacta de manera significativa al canal. De acuerdo con Google la movilidad en México ha decrecido en un 78% en México (debido al confinamiento)”, señala el estudio Covid-19: reinicio forzado al consumo básico publicado recientemente por la consultora EY.
El 19 de marzo el Gobierno de México activó la Jornada Sana Distancia centrada en aumentar el “distanciamiento social” para prevenir la propagación del coronavirus Covid-19, como consecuencia, la mayoría de los mexicanos se quedó en casa para evitar el contagio y comenzó a realizar compras por domicilio.
“Tal como muchos los imaginaban, el panorama del retail o del canal moderno está experimentando un cambio hacia los canales digitales y canales de entrega a domicilio así como el uso de plataformas de terceros. Entre el 8 y 10% de la gente actualmente utiliza una alternativa para pedir entrega a domicilio en México y Colombia”, señala el reporte
Sorprendentemente los grandes ganadores de la entrega a domicilio fueron las minoristas, sobre todo plataformas como Walmart –Superama, Bodega Aurrera y Sam’s—con el 55% y de Chedraui con el 13% en México, en comparación con las de Rappi o Cornershop.
El canal digital ha tenido un incremento de 8 veces durante el confinamiento, de acuerdo con EY. Antes del Covid-19 existía una baja adopción de estos canales de delivery, motivo por el que se puede hablar de “modernización” y migración hacia el canal moderno.
“Cuando los mercados se modernizan, cuando el canal moderno y los autoservicios crecen, el tradicional pierde relevancia. Esta modernización sucede cuando un mercado está relativamente bien en términos económicos o se va modernizando el mercado y, como consecuencia, la gente empieza a realizar menos viajes de compra porque se concentra más compras en las compras de autoservicio con un ticket más elevado y se pierden viajes a los canales más informales”, explica Fabián Ghirardelly, Country Manager de la División Worldpanel de Kantar México.
Un estudio reciente de Nielsen arrojó que la mayoría de los hogares mexicanos realizaron menos visitas al autoservicio (-7% frecuencia Mar’20 vs Mar’19), pero realizan despensas de mayor duración, por lo que las presentaciones de mayor volumen o tamaño se están viendo favorecidas durante la contingencia.
“El canal autoservicio busca mantener su crecimiento a través de dos opciones. La primera a través del Downsizing, que es la opción por la que los productos buscan mantenerse competitivos y presentes en el carrito de compra y Upsizing, que busca impulsar el volumen, el monto del ticket o el consumo recomendado para categorías”, señala el estudio.
¿Más cierres de tienditas?
Esta reducción de tráfico a pie en el canal tradicional en México ha devastado al canal tradicional.
“Tuvimos un arranque de año totalmente doloroso, la expectativa era que nuestra cadena se reactivará en marzo, con el tema de las vacaciones y el cambio de clima. Sin embargo, llegó el virus”, señaló Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Anpec.
El 52% del abasto nacional se realiza a través de este canal y emplea a más de 2 millones de personas en México, de acuerdo con datos de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec).
Sin embargo, los tenderos nunca han temido en que los minoristas los “absorban” pues el target es distinto y el modelo del negocio también. Los pequeños comerciantes tiene una cobertura de aproximadamente 1.2 millones de puntos de venta –de los cuales 700,000 son tiendas de abarrotes y el resto son giros mixto como farmacias, fruterías, mercerías, etc— contra los 25,000 puntos de venta de las tiendas de conveniencia.
“Lo que si nos tenía preocupados es que sí el consumo local estaba decaído la gente tendería más a consumir fuera de su colonia o de su comunidad. Hoy día, como la situación es inversa (por el Covid-19), ellos han regresado al consumo local”, agrega Zuñiga, quien dijo que en estos meses las ventas del canal aumentaron 20%.
Sin embargo, el mercado digital en el canal tradicional no puede presumirse porque no existe y apenas están surgiendo formas de delivery como el uso de Whatsapp.
Durante la gran crisis financiera de América Latina en 2009, el canal tradicional presentó una oportunidad de autoempleo para muchos de los que perdieron sus trabajos, y como consecuencia, el canal ganó participación del canal moderno en los años siguientes.
“Al día de hoy, una baja e inclusive una nula presencia de tráfico de pie causará que el canal tradicional se deteriore. Compañías como Grupo Modelo Ab InBev están ofreciendo créditos de emergencia a sus clientes, que temporalmente los aliviará, pero no necesariamente resolverá las pérdidas por las que ha atravesado el canal”, señala la investigación de EY.
Debido al gran número de trabajos que genera el canal tradicional en México el detrimento a las economías locales no tiene escape y una transición a un canal moderno inevitablemente lastimará a los márgenes en un corto y mediano plazo de las tienditas.
“El año pasado también vimos en México y a nivel mundial esta situación en dónde el autoservicio sigue ganando peso en los mercados y por lo tanto eso tiene un impacto directo en la cantidad de viajes de compra”, señala Ghirardelly.