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viernes 22 noviembre 2024

Alejandro González Iñárritu defiende la experiencia de ver películas en televisión o computadora

  • El director asegura que el medio no importa, pues una obra de arte siempre será una obra de arte

La experiencia cinematográfica es inigualable; el sentarse en la sala oscura para apreciar una historia de manera personal, pero a la vez compartiendo las sensaciones con otros espectadores es algo que los amantes del cine nunca deberían dar por hecho. En los últimos años, y ante el aumento en las ofertas de servicios de streaming, este tema se ha debatido mucho entre creadores y artistas de la industria. Algunos son bastante extremistas y aseguran que una buena película sólo se puede apreciar en la gran pantalla, pero otros como Alejandro González Iñárritu no creen que el formato sea tan importante como la calidad misma de la obra.

La pandemia por COVID afectó de manera profunda a la industria, y es que además de cientos de cancelaciones y retrasos, las cadenas de cines simplemente no podían abrir sus puertas para recibir al público. Cintas muy importantes para las compañías no podían seguir a la deriva, pero habían costado tantos millones que estrenarlas en streaming era un desperdicio en muchos sentidos. Algunas plataformas como HBO Max y Amazon decidieron mezclar sus estrenos para sí llegar a salas comerciales, pero también para tener estos nuevos títulos en su catálogo lo más pronto posible. Esto sirvió bien para encontrar nuevos suscriptores, pero alejó mucho a los creadores.

El ejemplo más llamativo fue el de Christopher Nolan, que se negó a estrenar Tenet – 83% bajo estas condiciones y terminó por abandonar la compañía para desarrollar Oppenheimer con otra productora que le prometiera ciertas semanas en cartelera. La conversación simplemente no llegará nunca a una resolución definitiva, pero las palabras de los directores vuelven a animar el debate. Tras el gran éxito de Avatar: El Camino del Agua – 93%, James Cameron aseguró que era momento de volver a las salas de cine y dejar atrás los servicios de streaming a los que considera sólo apropiados para series de televisión.

Netflix es una compañía que ha luchado mucho para que sus películas sean consideradas como tal, independientemente de si se estrenan en cine. Por ahora, el mejor método que han encontrado para este propósito es el darles un tiempo en cartelera bastante corto antes del estreno oficial en su catálogo como sucedió con Rubia – 59%, El hombre gris – 37% y Glass Onion: un misterio de Knives Out – 93%, secuela que terminó recaudando más de lo esperado en taquilla. Para muchos, estas películas se disfrutan mejor en el cine, pero para otros la opción de verlas en casa es mejor porque hay más control para los espectadores, quienes también tienen que lidiar con el aumento de precios en todo.

Alejandro González Iñárritu, quien está enfocado en estos momentos en la publicidad de Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades – 58%, habló un poco sobre este asunto y defendió la experiencia del usuario en la pantalla que quieran. En una charla con Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro para Deadline, el director aclaró que sí prefiere fomentar la pantalla grande, pero a fin de cuentas una buena película se puede disfrutar de cualquier forma:

Lo que me preocupa menos es la tecnología y las formas en que la gente ve el cine, pero hay una dictadura de ideas detrás de eso. Se trata de las películas que se están haciendo para complacer a esos medios. Si ves una película de Fellini o Godard en tu computadora, sigue siendo una gran película. No cambia el poder de la idea. Pero creo que las ideas se están reduciendo al tamaño de una computadora en términos de ideología, y creo que todos están participando en eso. La reducción de la idea es lo que debemos discutir, no las posibilidades del medio.

El director parece hacer referencia una vez más a estas cintas que se consideran superficiales y que existen sólo para generar miles de millones por el público cautivo, esas mismas que sacan de la cartelera otras propuestas independientes después de un fin de semana. Para él, el verdadero debate está en analizar cómo se hace cine y qué tipo de obras se ofrecen al público, y no tanto si estas llegan a los espectadores por medio del cine, la televisión o los servicios de streaming.

Iñárritu comparó el debate con la experiencia de escuchar música clásica:

Solía ​​ser que solo podías escuchar música en las salas de conciertos, y luego llegaron los discos y luego la radio. Si escuchas Beethoven o Mozart en tus auriculares, ¿deja de ser buena música? Obviamente, es mejor ir a la sala de conciertos y escuchar a 120 músicos tocarlo en vivo, pero no importa cómo lo escuches, no disminuye la idea detrás de la música.

El riesgo es que estas ideas se vuelvan menores para complacer a las masas, lo que estorba para la creación de nuevas obras maestras en todos los ámbitos. Durante la conversación, los tres directores afirmaron que la dichosa sentencia sobre la muerte del cine no significa que tienen que venir cosas peores, pues se puede aprovechar el quiebre en las tendencias para dar vida a algo más significativo. Es por esto que también es importante comprender cómo es que las nuevas generaciones consumen este tipo de historias y cuáles son sus propias expectativas al respecto.    Tomatazos/Staff

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