Columna: Seguridad y Defensa Carlos Ramírez @carlosramirezh
Si en verdad y con convicción el Gobierno de Estados Unidos quisiera terminar con el problema del tráfico de drogas, sus opciones son muy simples: el camino largo de convencer, extraterritorializar y atacar a los países productores o el camino corto de atacar por el lado de la venta y el consumo dentro de su territorio.
En los hechos y en la lógica, los legisladores republicanos están pidiendo la invasión militar de México para decretar una guerra contra los cárteles, pero al mismo tiempo están protegiendo y defendiendo a los narcos dentro de EU identificados por la DEA y están dando por perdidos en promedio a 100 mil americanos cada año que mueren por sobredosis de drogas, es decir, por el acceso fácil a los estupefacientes y sin ninguna advertencia sobre el consumo.
Los republicanos no han medido la dimensión de su exigencia de mandar tropas a México para perseguir a los cárteles, aunque de manera política se entiende que se trata del modelo Donald Trump de convertir a México sólo en el factor generador de votos y en el argumento para bombardear la debilitada posición del presidente demócrata Joseph Biden.
Mientras los republicanos se desgarran las vestiduras contra México y la Casa Blanca deja que la agenda del narco sea la clave en la elección, mueren por sobredosis en promedio 8 mil 334 estadounidenses al mes, 274 al día y 11 cada hora, sin que ninguna autoridad americana esté tomando decisiones para atender ese gravísimo problema de salud pública.
El Gobierno de EU tiene razón en criticar al mexicano por permitir el funcionamiento de cárteles en México, pero al mismo tiempo la Casa Blanca es responsable del contrabando, distribución de drogas en todos los estados americanos, la venta creciente al menudeo en las calles y el lavado de dinero, y por lo tanto de las adicciones y sobredosis.
ZONA ZERO
La clave para entender el grave problema del tráfico de drogas a Estados Unidos se localiza en la línea roja de la frontera bilateral de 3,000 km, donde las autoridades de ambos países han perdido el control y la autoridad y la vida cotidiana está controlada por diversos grupos delictivos en las diferentes especialidades y por la corrupción de las autoridades que permite el cruce ilegal de personas, productos ilegales, drogas y medicinas y armas. La droga mexicana ingresa a EU por las corruptelas americanas.