En charla con Infobae, la icónica cantante española hace un recuento de sus días en confinamiento y muestra su brío por seguir adelante con su fructífera carrera musical
Infobae/Armando Guadarrama
Ya hemos pasado medio año de este vertiginoso 2020, y de unos meses para acá, como millones de personas en el mundo Ana Torroja se encuentra en un estado de aislamiento en el que para ella los días pasan iguales y las ocupaciones cotidianas no dejan para mucho más. A unos días de haber publicado Cuando tú me bailas, un tema house que busca ser un soplo de frescura para el público, la cantante se encuentra en un periodo creativo en stand-by, con miras de retomar el lanzamiento de un nuevo álbum en cuanto las circunstancias lo permitan.
En charla con Infobae México, la intérprete madrileña habla de la pandemia, los nuevos tiempos, la esperanza de la humanidad, el reggaetón y el enorme legado de Mecano.
“(El encierro) influye a nivel personal primero y de ahí deriva al nivel artístico. Bueno, yo creo que en general todo el mundo lo ha vivido de la misma forma, hay días muy buenos, intermedios y muy malos; en mi caso, en la parte artística se ha visto afectada en el sentido negativo, no he tenido muchas ganas de escribir o de componer. Hay ideas sueltas por ahí, esos días en los que uno se encuentra como muy animada, entonces me pongo a jugar con la música, pero luego lo dejo aparcado hasta que venga otro de esos días buenos”, cuenta con un aire sereno.
La dueña de la peculiar voz de tantos hits de tecnopop en español se encuentra en México, país donde reside desde hace algunos años al lado de su esposo, el ingeniero de sonido Rafael Duque y de su hija en común, Jara, quien ya ha entrado a la adolescencia.
“Yo recuerdo que había hecho muchos planes, así cuando empezó (la cuarentena) dije ‘ah, genial, voy a hacer esto, lo otro, porque tantas horas, porque no sé qué, porque no sé cuánto’… se va el día y no te has sentado a tener un minuto contigo mismo básicamente, y pues sí, las cosas de la casa, que tenías a lo mejor a alguien quien te ayuda, ahora no lo tienes, el cocinar cada comida… hay que cocinarla, porque a veces si no pedías comida de fuera, nosotros no estamos ni siquiera pidiendo comida a domicilio, entonces al final sí te pones a hacer el día a día.”
En estos meses Ana ha comprobado que la rutina y el ambiente de incertidumbre no son precisamente los mejores estimulantes para echar en marcha la inspiración artística, aunque tampoco es algo que le preocupe demasiado.
“De todas maneras que tampoco tengo ganas, tampoco siento la necesidad, el día que la sienta entonces me pongo y después me dejo ir hasta que vuelve otra vez. Ya hacemos bastante por adaptarnos, por improvisar, por ir viviendo el día a día, hay una película que se llama El día de la marmota que habla de eso, de un día tras otro igual, la rutina de estar en las mismas cuatro paredes, viendo a la misma gente y haciendo las mismas cosas. Eso es, no sé si desgastante, pero es poco motivador.”
En medio de la crisis sanitaria por la que Ana tuvo que suspender Volver, la gira que tanta ilusión le hace y que la llevará de vuelta en vivo por España hasta -si las cosas siguen buen curso- 2021, la cantante reflexiona sobre el estado de alerta que ha tomado por sorpresa a la humanidad.
“Es difícil estar alejados porque nos llegan las noticias por todas partes, pero al principio, cuando empezó todo en España la situación allá fue muy trágica, dolorosa, no digo que aquí no lo sea, pero ha sido todo para mí más difícil desde el momento en que se puede salir: ‘si se puede salir, sal’. Aquí, pues obviamente el hecho también de que mucha gente no pueda tener la opción de quedarse en casa, haya gente que no es tan responsable o que no pueda quedarse en casa por razones diferentes, pase lo que está pasando, que nunca llegamos al pico, el pico sigue pa’ arriba, ¿no?”
La mujer que debutó en la música al lado de los hermanos José María e Ignacio Cano en 1981, considera que el papel de los medios en situaciones límite también puede abonar a la ansiedad por la fuerte carga de contenidos alarmistas.
“Es difícil estar separado de las noticias, pero no siempre las escucho ni las leo, porque al final es un poco más de lo mismo y casi siempre un poquito peor que el día anterior. Aquí cuando empezó todo, que salió la violencia contra el personal sanitario…, son situaciones muy difíciles, también es verdad que normalmente lo que escuchas en las noticias o lo que lees, o lo que ves, siempre es la parte negativa, lo bueno no vende.
Una nueva realidad después de la pandemia
Una visión optimista nos invita a pensar que tras este duro episodio en la historia, la humanidad habría de renovarse en una hermandad digna de una luminosa utopía, pero Ana prefiere ser más realista al respecto.
“Me resulta difícil pensar en que generalmente vaya a haber un cambio, yo creo que va a haber cosas que van a cambiar, pero son como detalles dentro de la gran bola en la que estamos metidos. Yo espero que aprendamos de los errores, por ejemplo nuestro sistema sanitario en España. Siempre hemos defendido que es un sistema sanitario público bueno, pero nos hemos dado cuenta de que no es lo suficientemente bueno en un caso como éste. Yo creo que deberíamos tomar medidas para mejorar lo que vemos que no funciona”
Historias en masculino a ritmo de tecnopop
Recordar sus inicios es hablar de la banda española que llamó la atención, además de por su propuesta musical -pop con sintetizadores-, atuendos extravagantes y temas tan pletóricos de historias, también por contar con una melodiosa voz líder de mujer cantando líricas compuestas en masculino, hecho no antes visto en la escena que Ana valora como un acontecimiento nada premeditado, sino totalmente orgánico y que no tiene mucho que ver con una experimentación de género.
“Realmente todo fue mucho más natural que eso, yo estoy muy contenta con mi lado masculino, lo aprecio mucho, creo que es muy importante el equilibrio, pero fue todo mucho más natural. Realmente ellos escribían sin pensar que quien lo iba a cantar era una mujer. Si lo hubieran hecho pensando en que lo iba a cantar una mujer, estoy segura que no habrían nacido las canciones que nacieron. A mí me divertía el hecho de hacerla de actor, de actriz, de narrador, de narradora, según las canciones, y había muchas otras con las que me sentía totalmente identificada porque vivimos la misma época y las edades muy parecidas, entonces no éramos tan diferentes en las formas de pensar y de ver el mundo. Esa diversidad de implicarme con la canción me divertía mucho, pero fue algo que nació, nadie se lo planteó. Realmente cuando me hicieron la pregunta es cuando pensé, cuando me puse a reflexionar sobre que sí, que estaba cantando, yo decía ‘en género neutro’.”
Mecano surgió en medio de un momento histórico importante, pues tras décadas de la dictadura franquista y la expectativa de un nuevo régimen, se gestó un movimiento que encontró su liberación en las expresiones artísticas alternativas. El público español encumbró al grupo cuyo éxito llegó a Latinoamérica y perduró hasta 1992, año de su disolución. Si es que a la fecha existe una banda con las mismas características y potencial que la suya, es algo que Ana descarta.
Un legado intergeneracional en retrospectiva
La valía en la propuesta de Mecano radica en gran parte en la atemporalidad de su sonido y en una narrativa con la que las nuevas generaciones también se identifican, canciones que han perdurado en la memoria colectiva y que significan un regalo para la madrileña.
“Realmente no es fácil que un grupo y la música trascienda tantas generaciones, y se mantenga tan actual y tan viva como cuando nació, eso es un regalo que te da la vida, un regalo de Nacho y de Jose hacia mí por hacer esas maravillosas canciones. También hablábamos de cosas que hoy en día siguen muy vigentes, y la imaginación de la gente también sigue viva, hemos evolucionado, pero no somos tan diferentes a lo que ocurría en aquella época, desde Hoy no me puedo levantar, ¿quién no se ha levantado con una cruda?, ¿quién no se sigue levantando con la cruda? Y luego a mí me hace ilusión que con las cosas nuevas que he hecho y sobre todo las últimas, hay mucha gente, cuando digo gente joven digo, incluso niños o niñas de 9, 10, 12 años que se acercan a lo que estoy haciendo nuevo hoy en día y sus padres les dicen ‘pues ésta es la que hizo esta canción que tal…’ y entonces ya traen el pasado al presente y también se hacen fans de esas canciones de entonces. A mí me parece maravilloso y yo creo que esas cosas nunca se planean y cuando surjan hay que estar más que agradecidos. La música es para compartirla y qué alegría y qué orgullo poder compartirlas con tantas generaciones y gente de tan diversos lugares, culturas y edades.”
Nostalgia por los primeros aires de cambio
Aquellos años de transición vieron surgir una gran cantidad de proyectos como parte del fenómeno contracultural, artístico y social en el que talentos de distintos ámbitos transformaron su ímpetu creativo en una explosión esperanzadora y estéticamente salvaje. El cine, la fotografía, la literatura y, por supuesto, la música rompieron sus cadenas y salieron a la calle a vivir un futuro que creían perdido.
“Surgimos por caminos diferentes y en aquella época también había mucha prensa de culto a todos los grupos que nacían de lo que se llamó la movida madrileña y nosotros no entrábamos dentro de ese movimiento musical, pero lo curioso es que es eso lo que le gustaba a la prensa contar, que nos llevábamos mal, pero siempre nos hemos llevado bien, siempre nos hemos admirado, hemos estado en fiestas juntos, hemos convivido sobre todo en aquella época, en los 80. Yo sigo teniendo muchísimo cariño hacia mucha gente de esa época, Santiago Auserón -hoy conocido como Juan Perro, y líder de Radio Futura en aquellos años-, era muy admiradora de Nacha Pop, de Antonio Vega, que murió, yo creo que cuando admiras a la gente es muy difícil no quererla.”
Otro exponente creativo de la época es el director que ha puesto a España en el ojo de los cinéfilos del mundo; Ana cuenta si alguna vez fue considerada para encarnar a una ‘chica Almodóvar’.
“A Almodóvar le conozco y, bueno, compartimos algunos momentos sobre todo en los años 80, luego es verdad que él se hizo grande y nosotros también, muchos de los que nos juntábamos la vida se nos empezó a complicar por el trabajo, entonces era más difícil verse. Nunca nos lo propuso ni me lo propuso (aparecer en una película suya), ¿si me gustaría? A mí sí, me encantaría. Puedo hacer de abuelita. Se lo propondremos, a ver…”
Una misteriosa versión de los hechos
Hablando de proyectos en cine y video, es notable que una tendencia actual es la producción de biopics de personajes del mundo de la fama, historias para fisgonear entre los bastidores de las vidas ajenas. Algunas con mejor resultado que otras, son una posibilidad que Ana no quiere contemplar.
“No me gusta, y fíjate que en esta época de pandemia seguramente he compartido cosas que en otro momento no compartiría, como más personales, pero yo creo que… ni siquiera te voy a decir un artista, yo creo que las personas tienen que mantener un algo de misterio: el darlo todo, entregarlo todo, de que ya todo se sepa, es ‘pues ya está, hasta aquí llegaste, qué más’”
A mí me gusta conservar el misterio y no me gusta que se sepa todo de mí
Y aunque sí hizo el intento por escribir sus vivencias, al final desistió para no tener que mostrarse ante la audiencia en toda su intimidad.
“Sí te diré que si alguien tuviera que contar mi vida esa sería yo, mi versión de los hechos. Empecé a escribir y luego paré por la misma razón: hay cosas que no quiero contar y por eso dejé de escribir. El escribir fue catártico, pero no lo terminé, eso no quiere decir que de pronto un día me ponga y lo termine. Pero de momento estoy aparcada por la misma razón por la que no haría una biopic”
Yo no soy tan mítica ni tan especial, soy una persona de a pie que duerme mal por las noches a veces y que se despierta de mal humor, que tiene sus buenos días y sus malos días como todo mundo. Ni siquiera sé si mi vida sería tan interesante. Anécdotas sí, mira puedo hacer un libro de puras anécdotas
2020 y el ritmo que se contagia
Hablando de los actos musicales que acaparan los charts hoy en día, donde la constante es el género urbano que muchos han calificado como ‘el nuevo pop’, Ana sabe que artistas con algo que decir siempre los habrá, y que el buen gusto se puede encontrar vía streaming en una canción de reggaetón.
“Yo creo que hay calidad para todo y hay artistas que hacen grandes canciones, con grandes letras y grandes temáticas y narrativas, y hay otros que hacen canciones que son más de ritmo, que no le dan tanta importancia a la lírica o al mensaje. Está claro que hay una tendencia hoy en día hacia ese tipo de ritmos, pero todos son ciclos, y volverán otras tendencias, volverán otros ritmos y otras formas de hacer música, pero lo bueno es que hay lugar para todo, luego te pones a buscar en las plataformas y ves que hay sitio para todo.”
El reggaetón es un ritmo muy contagioso, muy difícil de resistir. No todas las canciones de reggaetón me gustan, pero hay algunas que sí y me las bailo, es difícil resistirse
Las fusiones son interesantes y las posibilidades, infinitas; así, la voz detrás de Cruz de navajas y Me colé en una fiesta reconoce un valor en lo que suena en las radios a 43 años de su propio debut musical.
“Se puede utilizar el ritmo para hacer muy diversa música, el reggaetón no sólo está en ese ritmo en concreto, no sólo lo puedes utilizar para hacerlo puro y duro, lo puedes utilizar para hacer canciones más pop, con otro tipo de melodías, otro tipo de letras, yo creo que todo se puede, a mí lo que me gusta es la fusión. Yo no diría que son ni malas ni buenas, el gusto es totalmente subjetivo.”