Este lunes murió, a los 86 años, el controvertido exprimer ministro italiano Silvio Berlusconi en el hospital San Raffaele, donde ingresó desde el viernes pasado, tras padecer problemas de salud relacionados a la leucemia, que padecía hace tiempo y que se intensificaron durante el fin de semana. Al centro de salud llegaron poco después del deceso su hermano, Paolo Berlusconi, y minutos más tarde sus hijos Marina, Eleonora, Barbara y Pier Silvio.
Tres semanas antes había recibido el alta luego de pasar 44 días ingresado por una pulmonía. Esta vez la situación se agravó y se precipitó el desenlace.
Nacido el 29 de septiembre de 1936 en Milán, Berlusconi inició su carrera como empresario en el ámbito de la construcción y los medios de comunicación. Fundó el imperio mediático Mediaset, que incluye canales de televisión y empresas de producción, convirtiéndose en uno de los hombres más ricos de Italia. También adquirió la editorial Mondadori y otros negocios relacionados con los medios.
Berlusconi incursionó en la política en la década de 1990, fundando el partido Forza Italia, que se convirtió en una fuerza política importante en Italia. Durante su carrera política, fue elegido primer ministro en cuatro ocasiones, sirviendo en períodos no consecutivos desde 1994 hasta 2011. Su estilo populista y su capacidad para conectar con las masas le valieron una amplia base de seguidores, pero también generaron controversias y acusaciones de corrupción.
El mandato de Berlusconi estuvo plagado de escándalos y problemas legales. En 1994, fue acusado de sobornar a jueces, aunque fue absuelto posteriormente. En 2013, fue condenado por fraude fiscal en relación con su imperio mediático Mediaset. Además, se vio envuelto en numerosos escándalos sexuales, lo que le valió el apodo de “Il Cavaliere” por sus relaciones con mujeres más jóvenes.
A pesar de sus problemas legales y controversias, Berlusconi mantuvo una base de seguidores leales, quienes valoraban su estilo directo y su promesa de revitalizar la economía italiana. Sin embargo, también enfrentó críticas por su manejo de la crisis económica y por su control sobre los medios de comunicación, lo que llevó a acusaciones de manipulación informativa.
La muerte de Silvio Berlusconi deja un vacío en la política italiana y marca el fin de una era en la que su figura dominó la escena política y mediática del país. Su legado, aunque polémico, se mantendrá como parte integral de la historia política de Italia, dejando un debate abierto sobre su impacto en la sociedad y su influencia en la política contemporánea. El Independiente/Rodrigo Pérez