LaJornada Maya/Rosario Ruiz
Siguiendo la tradición familiar, Rodrigo Friscione se ha dedicado a documentar el mundo submarino en las costas quintanarroenses; recientemente informó el hallazgo de dos cenotes cerca de Isla Mujeres que espera sean más explorados para conocer sus conexiones con el acuífero.
Estos hallazgos los ha hecho en un lapso de tres años aproximadamente y aclaró que son dos y no cinco, pues aunque “tenemos reporte de otros tres, no se han ni localizado ni explorado”.
En los cenotes encontrados hay peces como pargos, coronados y jureles.
Rodrigo tiene su propia tienda de buceo en Cancún y por iniciativa propia decidió iniciar expediciones junto a sus amigos que le llevaron a descubrir dos cenotes submarinos. “Crecí en el mar, el buceo ha sido la actividad familiar desde que era niño, conocí el mar de la mano de mi padre (el buzo Alberto Friscione)”, narró.
Tras un lapso fuera de Cancún volvió para hacerse cargo de la tienda de buceo familiar y esto le permitió adentrarse más en el mundo submarino, “pero ya no solamente el buceo recreativo, sino que fui metiéndome un poco más al buceo, empecé a tener curiosidad por las cámaras, la filmación y fotografía y así fui adquiriendo conocimientos y habilidades en este campo”.
Hace un par de años comenzó a bucear en cuevas y ahora hace buceo profundo; fue así como encontró los nuevos cenotes: “he buscado lugares distintos, nuevos… un amigo me habló de un arrecife muy pequeño que tenía un pozo muy profundo, estos pozos son muy famosos en la pesca deportiva porque al salir agua dulce agrupan muchos peces”.
Decidió meterse y documentar lo que había en él. Encontró que era una estructura muy amplia, de unos cuatro metros de diámetro que a medida que avanzaba se abría hasta los 30 metros, “como una vasija”.
Lograron llegar a más de 150 metros y aún no tenía final, “sentí que de este pozo salía agua dulce y que forzosamente tenía que venir del subsuelo, lo que se me hizo interesantísimo”. Un año después fue a un segundo sitio, con las mismas características del primero y ubicado aproximadamente 25 kilómetros al norte de Isla Mujeres. Tiene una entrada de al menos dos metros y se abre unos 15 metros. Allí bajaron casi 70 metros y tampoco vieron el fondo.
En esta segunda expedición lo acompañó Luis Leal, quien se ha encargado de divulgar los hallazgos. Tomaron muestras de este lugar -con alto porcentaje de agua dulce- para analizarlas. “Esta es la manera en la que los cenotes de tierra salen al mar y estamos pensando cómo conectar estos pozos a la red de cenotes que ya hay en tierra. Queremos saber más, cuántos pozos de estos hay, en dónde están, qué tan profundo se conecta el agua”, destacó.
Mencionó que este es un proyecto personal que ha sacado adelante con recursos propios y el apoyo de sus amigos, que al igual que él, están interesados en conocer la riqueza del mar del Caribe.