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viernes 22 noviembre 2024

Millennials se juegan su futuro en 2024

  • La elección de una candidata o candidato joven o con una audiencia considerable en redes sociales no asegura un gobierno comprometido con las causas de las nuevas generaciones, por lo que en 2024 la apuesta es impulsar la participación ciudadana para exigir gobernantes que atiendan los problemas con visión a futuro

El relevo generacional también está en los votantes y los resultados de los comicios de 2021 fueron una muestra de ello, es así que varios perfiles jóvenes quedaron al frente de importantes estados de la República, tal es el caso de Samuel García Sepúlveda, en Nuevo León; Indira Vizcaíno, en Colima; o Marina del Pilar, en Baja California; todos menores a los 40 años.

Sin embargo, eso no ha significado necesariamente que las políticas implementadas en cada una de esas entidades favorezcan a sus pares generacionales, en específico, a la población millenial, que contempla a las personas nacidas entre 1981 y 1996, y quienes representan la edad media de la población a nivel nacional.

En este sentido, las elecciones de 2024, en donde se renovarán entre otros cargos, la Presidencia de la República, ocho gubernaturas y la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, implican un desafío y una oportunidad para el electorado que busca atención a problemas como el cambio climático, la escasez de agua, flexibilidad laboral y el acceso a la vivienda y a servicios de salud.

Atención al altruismo, desinterés en la vida política

Según la “Encuesta Millennial y Gen Z 2021” de la organización Deloitte, estas poblaciones exigen a las empresas y gobiernos cambios sociales y responsabilidad ambiental.

“Los acontecimientos del año pasado (2020) han cambiado sus principales preocupaciones personales. La asistencia sanitaria, la prevención de enfermedades y el desempleo subieron en la lista.

“Pero el cambio climático y la protección del medio ambiente siguen siendo un tema importante, ocupando el puesto número uno para la Gen Z (nacidos entre 1997 y 2015) y el tercero para los millennials. La encuesta también revela que tienen serios recelos sobre la discriminación y la desigualdad”, indica el documento.

No obstante, se ha documentado un desinterés de los grupos etarios más jóvenes para participar en la vida política del país.

“Actualmente, se observa una activa participación de los millennials en proyectos caritativos y altruistas, no obstante, se incrementa un fuerte rechazo y desconfianza en los procesos democráticos, las instituciones públicas y actores políticos del país”, manifiesta el estudio “Participación política de los jóvenes en México: el caso de los millennials y sus implicaciones en la democracia”, del Consejo Mexicano de Ciencias Sociales.

El trabajo explica que algunos de los desafíos que enfrenta la generación actual de jóvenes en México son: un futuro dudoso, con una visión cortoplacista, ávidos de vivir al instante y cada vez menos interesados en la historia, lo que podría repercutir en una participación política menos activa.

Destaca que se encuentran informados sobre la política a través de las redes sociales y se alejan de los mecanismos de participación institucionalizados por “la inoperancia de estos”, de tal modo que urge “erradicar la falta de eficiencia del sistema político-electoral y las instituciones políticas del país, la pregunta es ¿cómo?”.

País en envejecimiento

Datos del Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) indican que la edad mediana en México es de 29 años, lo que ha incrementado en las últimas dos décadas, ya que en el año 2010, era de 26 años, y en el 2000, de 22 años.

La entidad con la menor edad mediana es Chiapas, con 24 años, y la entidad con mayor edad mediana es la Ciudad de México, donde la mitad de la población tiene 35 años de edad.

Sin embargo, el INEGI detalla que se ha observado en el país un proceso gradual de envejecimiento, lo que se ha reflejado en la edad mediana y en la pirámide poblacional, que representa una tendencia a reducir su base, mientras continúa su ensanchamiento tanto en el centro como en la parte alta.

Esto significa que la proporción de niñas, niños y adolescentes ha disminuido y se ha incrementado la proporción de adultos y adultos mayores.

“Muestra de lo anterior es que la población de 60 años y más pasó de 9.1 por ciento en 2010 a 12.0 por ciento en 2020, mientras que la población de cero a 17 años disminuye de 35.4 por ciento en 2010 a 30.4 por ciento en 2020”.

Llamado a la acción

Lo anterior es relevante al considerar que las políticas públicas que propongan e impulsen los gobiernos que se voten en 2024 y 2030, serán las que beneficien o, en su defecto, perjudiquen, a las juventudes de ahora.

El texto “Envejecimiento demográfico en México: análisis comparativo entre las entidades federativas” del Consejo Nacional de Población del Gobierno federal, menciona que este proceso ocurre en un contexto socioeconómico menos favorable y en un lapso menor al observado en las naciones desarrolladas, lo que significa que tendrá menos tiempo y dispondrá de menos recursos para adaptarse a las consecuencias económicas, sociales y culturales.

De esos efectos, el organismo destaca la insuficiencia financiera y actuarialmente deficitaria de la seguridad social y los sistemas de retiro y pensiones; el desplazamiento hacia edades mayores en la composición de la fuerza de trabajo y su repercusión en los mercados laborales; y la vulnerabilidad ante la vejez y sus aspectos físicos, sociales, éticos, legales y de derechos humanos.

“Por lo anterior, ante la mayor presencia de personas de 60 años y más, resulta inaplazable el diseño e implementación de políticas públicas que atiendan las necesidades y demandas de este grupo tradicionalmente vulnerable, sobre todo al considerar que, en 35 años, más del 20 por ciento de los habitantes de México se encontrará en ese rango de edad”, advierte el Consejo.

Las acciones que el ente propone priorizar tienden a la mejora de la calidad de vida y el bienestar de dicho sector, que les garanticen ingresos suficientes y regulares, así como acceso a cuidados de salud de calidad en la vejez.

Tienen la última palabra

El futuro social, económico y político de la Ciudad de México, centro neurálgico del poder nacional, está en manos del voto joven al representar el 40 por ciento del electorado.

Así lo indica un análisis realizado por Luis Ángel Martínez Ramírez, economista del Instituto Tecnológico Autónomo de México y director de Información, Análisis y Estrategia de la consultora Qualia, con base en los datos públicos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía y del Instituto Nacional Electoral sobre la población mexicana.

“Me baso en la lista nominal para hacer el estudio y hago los intervalos de edad. Sé que hay algunos detalles porque cada quién tiene su interpretación sobre qué es y qué no es la generación, pero las edades que yo tomo relevantes para este estudio es de los 25 a los 40 años”, menciona el analista a Reporte Índigo.

Después de procesar los datos, Martínez Ramírez halló que la generación que tiene más personas acreditadas en la lista nominal y, por consiguiente, mayor impacto electoralmente rumbo a los comicios de 2024, es la que se sitúa en el rango de los millennials.

“La Generación Z en la CDMX tiene un impacto de 12.1 por ciento, la generación millennial tiene el 29.1 por ciento; esto quiere decir que, uno de cada tres votantes en la ciudad está en un rango millennial, y casi dos de cada cinco votos de la capital, son de personas menores de 40 años”, explica.

El especialista añade que, al contrastar esa información con el ingreso y el poder económico de las personas que habitan en la Ciudad de México, observó que cerca del 25 por ciento del ingreso en la entidad está en manos de quienes tienen menos de 40 años, lo que revela una disparidad entre quienes ostentan el poder económico y el poder electoral.

“Es un choque muy interesante porque, si dos de cada cinco votos en la ciudad son de menores de 40 años, si se organizara una política juvenil o algún político tuviera este enfoque y apoyara en temas inmobiliarios, de pensiones, de obtener un primer empleo, podría ser un motivante para que estas generaciones voten”, subraya.

Sobre la apatía de las generaciones jóvenes para participar en la vida política del país, Luis Martínez precisa que, aunque no salieran a votar, la decisión de la indiferencia también es una elección.

“Si el 10 o 20 por ciento o todos los que pertenecen a la generación millennial deciden no ir a votar están eligiendo y haciendo uso de su libertad política sobre quién va a ser el próximo gobernante en la Ciudad de México, ya sea por la acción o por la negación”, apunta.

La edad no define voluntad política

Entre las y los aspirantes de Morena y sus partidos aliados, así como de la oposición, destacan los millennials Omar García Harfuch, Sandra Cuevas y Santiago Taboada; sin embargo, esto no garantiza que sus propuestas de gobierno vayan acorde con los intereses ni en beneficio de los sectores más jóvenes de la capital.

“El ejemplo claro es el de Marcelo Ebrard, que ha sido un éxito en redes sociales y en su Tik Tok, pero al presentar su propuesta ‘Ángel’, de seguridad, toda la generación dijo ‘para un momento’, porque es racista y clasista el decir que te van a detener solo por tu forma de caminar.

“O como Sandra Cuevas, que es muy joven, pero sus políticas de trabajo rayan en el racismo y en las ideas de una persona adulta mayor”, opina el analista político Luis Ángel Martínez Ramírez.

De este modo, advierte dos caminos para hacer una primera lectura de un candidato: su forma de comunicar y sus políticas públicas. En ese sentido, refiere al excandidato a la presidencia de Estados Unidos, Bernie Sanders, quien buscaba, entre otras acciones, hacer que la industria petrolera pagara por la contaminación que genera al medio ambiente.

“No necesariamente porque un candidato sea mayor va a tener políticas públicas para gente mayor, si bien la generación importa, también lo es la comunicación y todo lo que está alrededor. Si hay una comunicación árida y se enfoca en spots viejos de televisión, que nuestra generación ya no ve, poco va a poder permear en el electorado”, afirma.

Martínez añade que quien anhele gobernar la Ciudad de México de la mano de la gente menor de 40 años deberá atender temas como el de las pensiones, el bienestar ambiental, la crisis inmobiliaria y el “boom” generacional.

“Necesitamos políticas públicas basadas en temas de ecología; repensar la deuda pública; y todo lo que tiene que ver en materia social, como matrimonio igualitario, adopción y derechos sociales.

“Actualmente ya es imposible que tengamos un candidato que vaya en contra de eso, que fue lo que defendieron las generaciones anteriores, por lo que tenemos que enfocarnos también en lo económico y medioambiental”, concluye.     Reporte Indigo/Indigo Staff

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