- La presidenta municipal, Blanca Merari Tziu Muñoz, pide que no se pierda esa tradición y subraya que eso depende en gran medida de lo que la comunidad y las autoridades hagan para conservarlas
Leona Vicario
Al caer los últimos rayos del sol, la colorida procesión de las ánimas, acompañada por la típica charanga, sale de unos de los costados del antiguo cementerio de esta delegación, que en los últimos días fue objeto de mantenimiento para recibir, en estos días de muertos, a los deudos de quienes ahí descansan.
Al frente de la procesión, que recorre diversas calles de la delegación, camina la alcaldesa Blanca Merari Tziu Muñoz, vestida con un colorido terno. La acompañan regidores, servidores públicos y vecinos, quienes con velas y veladoras entre las manos, iluminan el camino que las ánimas deben seguirán para llegar a casa y disfrutar la comida y la bebida que preferían en vida y hoy les preparan sus deudos.
Con ella caminan además jóvenes guerreros y doncellas vestidos a la usanza de los antiguos mayas; mujeres con ternos y el traje típico de Quintana Roo; catrinas y jóvenes con ropa confeccionada con material reciclable. Destaca entre éstas la Diosa del Maíz, con un vestido elaborado con totomoxtle, la hoja que abraza a la mazorca y que en algunas regiones se usa como envoltura del tamal o como forraje.
La procesión acaba en el Parque Principal, donde de inmediato Blanca Merari empieza un recorrido por los altares, armados bajo tinglados de bahareque, de los cuales emanan el aroma a incienso y copal. Los hay de tres niveles, que representan a la Tierra, el cielo y el purgatorio, pero también de 7, cada uno de los cuales significa un paso que las almas deben dar para disfrutar del descanso eterno.
En los altares están las fotografías de los difuntos, flores, entre las que destaca el cempasúchil, frutas de la temporada, los guisos y bebidas preferidos por el difunto, dulces y panes. No falta el típico fogón abierto de tres piedras, que representan el cielo, la tierra y el inframundo (xibalbá), sobre el cual se cuecen las tortillas hechas a mano. En un lugar especial, se asienta el mucbipollo, envuelto parcialmente en hoja de plátano.
Con emoción, la presidenta municipal elogia la originalidad de cada altar, cuya cuidadosa elaboración es evidente, aunque cada uno con un toque personal.
Que no se pierda esta tradición, que por muchos años ha permanecido, añade. Eso depende en gran medida de nosotros, de lo que hagamos como comunidad y como autoridad para conservarla.
Luego de señalar que el Hanal Pixán es una tradición de vida, en la que se recuerda “a nuestros ancestros, a quienes se nos adelantaron”, Blanca Merari hizo un reconocimiento al personal de la Delegación, la Dirección de Cultura y las Artes y a la Dirección de Servicios Generales que con trabajo en equipo, hace posibles este tipo de eventos.
La alcaldesa también presenció, como parte del Día de Muertos Hanal Pixán 2023, concursos de calaveritas literarias, al igual que de alebrijes, catrinas y catrines en las categorías baby, infantil, y libre y premió a los ganadores.