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viernes 22 noviembre 2024

Biden sacrificará a migrantes por recursos para las guerras

  • En las negociaciones con el Congreso sobre la aprobación de 100 mil mdd para Ucrania e Israel se incluyen medidas como el cierre de la frontera

Joe Biden está dispuesto a aceptar medidas antimigrantes extremas exigidas por republicanos a cambio de obtener su apoyo para la asistencia militar que el mandatario ha solicitado para Ucrania e Israel, según fuentes legislativas de ambos partidos, lo cual está provocando denuncias contra la Casa Blanca de congresistas demócratas y defensores de inmigrantes.

Biden está ofreciendo nuevas restricciones extremas al asilo y medidas para cerrar la frontera cuando crece el flujo de migrantes parecidas a las de su antecesor Donald Trump a cambio del apoyo de suficientes republicanos para lograr la aprobación de la asistencia militar, reportan algunos legisladores.

Ante ello, defensores de los derechos de los inmigrantes, el caucus hispano del Congreso y varios legisladores demócratas en ambas cámaras reaccionaron alarmados ante versiones de que algunas de las restricciones al asilo eran aún más extremas que las impuestas por Trump, como también nuevos poderes ejecutivos que otorgarían el derecho a éste y futuros presidentes de cerrar el ingreso a la frontera sur ante incrementos en el flujo migratorio.

“Todo lo que he escuchado durante las últimas 24 horas apoya las versiones de que la Casa Blanca ha acordado en principio lo que sería la legislación más antimigrante y antiasilo en casi 30 años”, advirtió Aaron Reichlin-Melnick, director de políticas de la organización American Immigration Council.

“Un retorno a las políticas de Trump empeorará la situación en la frontera”, afirmó el senador demócrata Alex Padilla. “Detenciones masivas, desbaratar nuestro sistema de asilo, un regreso al Título 42 (medida que utilizó Trump para anular el derecho al asilo retornando a los solicitantes al otro lado de la frontera), todo eso no funcionará.

Es inaceptable y no lo toleraremos”. Un coro de legisladores demócratas, muchos de ellos recordando sus orígenes migrantes o como refugiados, hicieron eco de estas denuncias. “Las propuestas que se están discutiendo ahora mismo en el Senado son tan extremas que literalmente sería la legislación más excluyente desde las leyes de exclusión racial de los años 20 del siglo pasado”, declaró la diputada Pramila Jayapal, presidenta del caucus progresista del Congreso.

El diputado Raúl Grijalva, que representa el distrito fronterizo de Arizona, declaró que los inmigrantes y los refugiados “no debemos ser el daño colateral” de esta negociación entre la Casa Blanca y el liderazgo republicano en el Congreso. Su colega Joaquín Castro, de Texas, advirtió que aceptar las medidas antimigrantes extremos sería “rendirse ante el racismo de la derecha”. El diputado Jesús Chuy García dijo que sería lo equivalente a “desmantelar la Estatua de la Libertad”. Todos coincidieron en que se tenía que rechazar la estrategia republicana de usar como rehén la propuesta para la asistencia a Ucrania y negociarla a cambio de sus propuestas antimigrantes. Más aún, estos legisladores criticaron a Biden por no incluirlos en, ni avisarles de estas negociaciones con los republicanos.

Pero entre este amplio coro de legisladores que rechazaron las negociaciones sobre las medidas antimigrantes fue notable la ausencia de casi todo el liderazgo demócrata en la Cámara o el Senado.

Ayer, la Casa Blanca confirmó que el presidente y su equipo han estado negociando con el liderazgo legislativo sobre política migratoria pero rehusaron ofrecer detalles. Por el lado republicano, el senador Thom Tillis confirmó que parte de esas negociaciones abordaron medidas para cerrar la frontera en algunos casos. “Me gustó la idea de tener algo como el Título 42. Hemos estado inundados con los que están cruzando donde no podemos hacer otra cosa más que liberarlos dentro de este país”, declaró a reporteros ayer.

Filtraciones a los medios sobre esa medida indican que la legislación establecerá que si el número de cruces de la frontera llega a un tope establecido, una medida parecida al Título 42 permitirá a Estados Unidos suspender toda solicitud de asilo y rechazar a todo individuo no autorizado que haya llegado a la frontera sureña.

Otras medidas que se reporta están bajo consideración por la Casa Blanca incluyen elevar las barreras de requisitos para que un solicitante de asilo le sea permitido tener una audiencia sobre su caso ante un tribunal; la autorización de detenciones masivas; ampliar la autoridad de las “expulsiones expeditas” más allá de la frontera; y, una prohibición de tránsito que efectivamente podría anular las solicitudes de asilo para cualquiera que llegue a la frontera estadunidense que no sea mexicano si no han solicitado asilo en el primer país al que migran después de huir de sus propias naciones.

Varios de los legisladores y defensores de derechos de inmigrantes que ayer denunciaron las negociaciones indicaron que la Casa Blanca no sólo parece estar cediendo a las demandas republicanas, sino que tampoco ha incluido en la negociación el asunto de legalizar a los llamados dreamers, la expansión de la reunificación de familias inmigrantes, la ampliación de protecciones para refugiados o asistencia para ciudades que están enfrentando nuevos flujos de inmigrantes indocumentados.

Justificación demócrata

Uno de los líderes legislativos demócratas, el senador Dick Durbin, en comentarios con medios ayer, confirmó esencialmente que las medidas extremistas están sobre la mesa de negociación, algo que pareció justificar. “Pienso que el presidente entiende que se tienen que hacer cambios a la política en la frontera. Lo que vemos actualmente es insostenible. Tener a 11 mil personas cruzando en un día es más que el doble de la capacidad, no podemos continuar así”, señaló Durbin. “Pienso que sería algo bueno si hacemos algo que sea positivo para reducir el flujo de personas que no están legalmente autorizadas (para ingresar)”.

Preguntado sobre cómo respondería a los críticos de las políticas que se están contemplando, Durbin respondió: “pienso que es inevitable, que si vamos a cambiar la política ver quiénes serán críticos del lado demócrata. Eso es una parte, pero pienso que el presidente está consciente de que sólo abordando esto de manera bipartidista tendrá posibilidad de ser aprobada por un cámara controlada por los republicanos”.

Pero críticos dentro de su propio partido rechazan esta evaluación. “Podemos aprobar asistencia a Ucrania sin sacrificar a los inmigrantes”, declaró el diputado progresista demócrata de Texas, Greg Casar, señalando que los republicanos sólo están interesados en usar el tema migratorio con fines electorales y que el presidente y los demócratas no deben participar en su juego. “En lugar de ayudar a los republicanos, mejor vengan de nuestro lado donde se apoya a los inmigrantes”.

Estas denuncias y exhortos a Biden ofrecen una clara indicación de que la Casa Blanca está contemplando activamente sacrificar a los inmigrantes y sus derechos. Pero aun si lo logran, podrían perder al final: si el Senado aprueba una legislación otorgando la asistencia de más de 100 mil millones que solicitó Biden para Ucrania e Israel junto con las medidas antimigrantes, el presidente de la cámara baja, Mike Johnson, no ha ofrecido ninguna garantía de que sus republicanos aprobarán tal ley.

La Jornada/Jim Cason y David Brooks/corresponsales Washington y Nueva York

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