La boleta para la elección presidencial del 2 de junio no tendrá candidatos independientes, ya que ninguno de los nueve aspirantes logró reunir los 961,405 apoyos ciudadanos necesarios, equivalente al 1% de la lista nominal en al menos 17 entidades federativas. Este hecho contrasta con el avance de candidatos independientes en las elecciones para diputaciones, donde 15 ciudadanos obtuvieron las firmas necesarias, según el informe más reciente del Instituto Nacional Electoral (INE).
La ausencia de candidatos independientes a nivel presidencial resalta la complejidad de los requisitos establecidos por la ley, considerados por algunos expertos como excesivos. Este escenario ha propiciado que, en lugar de que ciudadanos comunes alcancen candidaturas, políticos descontentos con los partidos aprovechen la figura para buscar cargos. El exdiputado local de Tabasco, Roger Arias García, señala la necesidad de repensar estas candidaturas independientes en futuras reformas, ya que actualmente no están cumpliendo su propósito original.
El último reporte del INE, con fecha del 1 de enero, muestra que los aspirantes más avanzados fueron Eduardo Verástegui, con el 14.47% de las firmas necesarias, y Ulises Ruiz, exgobernador de Oaxaca, con solo el 6.22% de apoyos para registrarse como candidato. El resto de los aspirantes reunieron menos de 500 firmas, lo que los dejó fuera de la contienda al ser imposible reunir casi un millón de firmas en tan solo cinco días.
La figura de las candidaturas independientes ha experimentado un declive en los últimos seis años, a pesar de haber surgido como una alternativa a los partidos políticos. Luis Carlos Ugalde, expresidente del IFE, destaca que la figura comenzó a perder atractivo desde 2018, con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia. Aunque en 2015 tuvo un punto álgido con la elección de El Bronco como gobernador de Nuevo León, su desempeño ha sido pobre en los últimos años.
La dificultad de los requisitos, como la necesidad de obtener apoyos ciudadanos y la creación de una asociación civil con tratamiento fiscal similar al de un partido político, se suma a la dependencia del financiamiento privado durante el periodo de recopilación de firmas. Este escenario plantea interrogantes sobre la efectividad de las candidaturas independientes y su capacidad para representar genuinamente los intereses de la ciudadanía.
El director de Strategia Electoral, Arturo Espinosa, destaca que el éxito de las candidaturas independientes depende de su aplicación en ámbitos geográficos pequeños, donde el reconocimiento previo del aspirante sea alto. Sin embargo, replicar este éxito a nivel nacional se presenta como un desafío considerable.
En conclusión, el panorama electoral para la elección presidencial refleja la dificultad de las candidaturas independientes para cumplir con los requisitos exigentes, lo que plantea preguntas sobre la viabilidad y eficacia de esta figura en el actual contexto político mexicano.
El Independiente/Redacción Foto: X @everastegui