- Alcaldes y gobernadores del propio partido del presidente de Estados Unidos buscan ayuda para los campamentos migratorios desbordados y los presupuestos escasos
El presidente Joe Biden está bajo una presión cada vez mayor para frenar un número récord de migrantes que cruzan a Estados Unidos, no solo por parte de los habituales críticos republicanos, sino también de los alcaldes y gobernadores demócratas de ciudades ubicadas a miles de kilómetros de la frontera, de acuerdo con la investigación de Michael D. Shear y Miriam Jordan para The New York Times.
Lo que solía ser una lucha ideológica clara entre demócratas y republicanos se ha convertido en una exigencia bipartidista de acción, y parte de la presión más intensa sobre Biden proviene de lugares como Boston, Denver, Chicago y Nueva York, donde los líderes del propio partido del presidente están pidiendo ayuda a gritos.
La presión dentro del partido ha trastocado las políticas migratorias al comienzo de un año electoral. Además, ha aumentado la probabilidad de que Biden y los legisladores demócratas aprueben concesiones migratorias a los republicanos que, hace apenas unos años, habrían parecido improbables.
“Es una crisis tanto humanitaria como fiscal”, dijo Mike Johnston, alcalde demócrata de Denver. “No nos vamos a quedar sentados mirando a las madres y a los niños de 6 meses en tiendas de campaña en las calles con una temperatura de menos 12 grados Celsius. Pero, al negarnos a hacerlo, podríamos gastar 180 millones de dólares el próximo año y tampoco podemos hacer eso”.
La mayoría ha llegado de sorpresa, en autobuses o aviones enviados por el gobernador de Texas, Greg Abbott, quien sostiene que las ciudades alejadas de la frontera deberían probar el flujo de migrantes en su estado. Los alcaldes demócratas han fustigado a Abbott por lo que califican como una maroma política en la que utiliza a seres humanos como accesorios.
Según las Naciones Unidas, un número récord de personas en todo el mundo está huyendo de conflictos, cambio climático, conmociones políticas y dificultades económicas en sus países de origen, y las redes de contrabando han ampliado su alcance a Asia y África.
El Independiente/Redacción Foto: @gregabbott_tx