Actopan, Hgo.
Tras cinco días de agonía y horas después de que se le diagnosticó muerte cerebral, pasadas las 21 horas del martes, falleció el niño Adriel Moreno Mejía de 11 años de edad en el Hospital General de Actopan, Hidalgo, luego de que sus familiares aseguraron que supuestamente fue golpeado y pateado por dos de sus compañeros de su salón de clases, identificados como Iker y Amadeo.
No obstante, la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo (SEPH) a través de un boletín informó que se trató de una caída accidental.
Obed Moreno Salvador, en entrevista que otorgó a La Jornada, diez minutos después del fallecimiento de su hijo menor de edad dijo que los dos niños agredieron a su hijo y le ocasionaron un traumatismo craneoencefálico y le fracturaron una clavícula además de ocasionarle diversas lesiones en el cuerpo el pasado 7 de marzo en el interior del salón de clases del sexto grado de la primaria Benito Juárez, ubicada en la localidad del El Xitzo, del municipio de Santiago de Anaya.
Mientras su esposa, Reina Mejía estaba dentro del hospital despidiendo a su hijito que yacía muerto en una cama, afuera su esposo, con lágrimas en los ojos relató que el pasado jueves 7 de marzo, entre las 9:40 y 20 de la mañana, el director de la primaria Rufino Jiménez Reyes, llevó a su hijo a su casa en un auto.
Declaró que “me lo trajo a la casa en un estado bastante mal. El director me dijo que lo habían tirado”.
El niño, aún consciente, quejándose del dolor le dijo a su padre que dos de sus compañeros ambos también de 11 años de edad, lo habían golpeado y pateado.
Luego de las declaraciones de su hijo le preguntó entonces al director que había ocurrido, a lo que, nervioso y con evasivas respuestas le contestó: “Ahí te lo dejo, sácale una placa de su bracito. Ya lo chequé y solo tiene un problema en el brazo. No tiene más. Ahí si pasa algo me avisas”
“Y hasta la fecha (12 de marzo), ni él ni la maestra que le daba clases Flor Isela Percastegui Moctezuma nunca vinieron al hospital para preguntar cómo estaba mi hijo”.
Las placas que le sacaron al niño en el nosocomio revelaron que le habían fracturado una clavícula, y tenía un derrame en el estómago y un traumatismo craneoencefálico.
Para tratar de salvarle la vida lo llevaron de urgencia al Hospital General de Pachuca, pero allí le dijeron a los padres de Adriel que ya no lo podían operar, ya que tenía un derrame de sangre en el cerebro del 95 por ciento.
Ante este cuadro clínico regresaron al menor de edad al nosocomio de Actopan, donde los médicos de plano le informaron que por la magnitud de las lesiones, los golpes que recibió fueron bastante fuertes por lo que existe la sospecha de que posiblemente también fue golpeado por un adulto.
“Ya los médicos no nos dieron esperanza de que fuera a sobrevivir”, dijo.
Según Obed, los familiares de otros alumnos de la escuela le relataron que sus hijos también habían sido víctimas de agresiones y abusos por parte de Iker y Amadeo.
“Esos niños ya han hecho muchas cosas y el director no hace nada. Él ha dicho en muchas ocasiones que sólo le importa la política, no la escuela”.
La supuesta agresión ocurrió dentro del salón de clases durante una ausencia de la maestra Flor Isela que aprovecharon Iker y Amadeo para golpear a Adriel.
Alumnos que de acuerdo a Obed Moreno atestiguaron la agresión vieron como lo aventaron y tiraron al piso del salón; lo golpearon y patearon en el lado izquierdo de la cabeza.
También que de manera brusca el director lo levantó del suelo y lo aventó en el interior de su coche.
Pero no era la primera vez que Adriel sufría del maltrato de Iker y Amadeo, ya que en varias ocasiones le robaron el dinero que su papá le daba como mesada.
A pesar de esto, el director del plantel no hizo nada para sancionar a los niños agresores.
Obed dijo que incluso Rufino Jiménez “tuvo el descaro de suspender clases y ordenar a los alumnos no decir nada del caso”.
Por lo pronto, la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo inició la Carpeta de Investigación por el asesinato de Adriel.
“¡Exijo justicia para mi hijo!¡ Que los niños asesinos, el director y la maestra paguen por su crimen!”, es la exigencia tanto de Obed como de su esposa Reina Mejía.
La semana pasada, La Jornada publicó el caso del niño Miguel “N” de siete años de edad que está a punto de perder el ojo derecho tras ser herido con un vidrio por uno de sus compañeros de la misma edad en el interior de la escuela primaria vespertina Juan Escutia ubicada en la localidad de El Calvario del municipio de Mixquiahuala, Hidalgo.
Como en el caso del pequeño Adriel, el director de la escuela Eulalio Pablo Reyna Ramírez, quiere evadir toda responsabilidad y “se esconde” de los medios de comunicación.
SEPH asegura que fue accidente
En boletín de prensa, la SEPH informó que se trató de un accidente ” cuando el menor sufrió una caída y fue trasladado a su domicilio por el director del plantel, quien explicó lo sucedido a sus padres, recomendando fuera atendido por un médico para su revisión”.
Líneas más abajo, se asegura que “el director, así como la profesora de grupo, mantuvieron comunicación directa con la madre del menor, para conocer su estado de salud, quien les informó que se encontraba delicado”.
El martes 12 de marzo, “el Jefe de Sector y el Asesor Pedagógico se entrevistaron con los padres del alumno con el fin de dar seguimiento y acompañamiento en el Hospital General de Actopan, donde era atendido y quienes informaron que el niño lamentablemente presentaba muerte cerebral”.
Ante esto, la SEPH lamentó lo que calificó de “trágico accidente” y “está a la espera de las investigaciones que lleve a cabo la autoridad ministerial, con base en la notificación que el hospital hizo por el ingreso del alumno y reitera el apoyo y acompañamiento a la familia del menor”.
La Jornada/Ricardo Montoya-Corresponsal