Jerusalén
El Ejército israelí informó ayer miércoles de que mantiene sus operaciones militares en el barrio de Al Amal, en el oeste de la ciudad de Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, donde mantiene bajo asedio desde hace diez días los dos principales hospitales de la ciudad.
“Las tropas de las Fuerzas de Defensa de Israel continúan operando en la zona de Al Amal en Jan Yunis, localizando armas e infraestructura terrorista en la Franja de Gaza”, indicó un comunicado castrense.
El Ejército indicó que sus tropas “mataron y detuvieron a varios terroristas”, y durante una “incursión selectiva” localizaron numeroso armamento, incluidas piezas de armas, artefactos explosivos y granadas.
“En un encuentro cuerpo a cuerpo, eliminaron una célula terrorista con tanques y fuego a corta distancia”, indicó.
Además, en el último día la Fuerza Aérea israelí atacó varios “complejos equipados con explosivos y túneles terroristas”, así como almacenes de armas, puestos de lanzamiento y complejos militares.
200 TRABAJADORES HUMANITARIOS MUERTOS
Casi 200 empleados humanitarios han muerto en la Franja de Gaza desde que comenzó la guerra, lo que demuestra que el ataque a WCK “no es un incidente aislado”, denunció el coordinador humanitario de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados, Jamie McGoldrick.
“Incidentes como el de WCK no deberían ocurrir. Israel no ha hecho lo suficiente para proteger a los civiles“, denunció el presidente estadounidense Joe Biden; mientas que la OMS recordó que los vehículos del convoy “estaban claramente marcados y nunca debieron ser atacados”.
Tras este ataque, WCK anunció su intención de dejar sus operaciones en la Franja de Gaza y una flotilla procedente de Chipre regresó a puerto sin haber descargado toda la ayuda humanitaria, una medida que también ha replicado la ONG Anera y que se teme que sigan otras ONGs ante la falta de garantías de seguridad por parte de Israel.
“El asesinato de los trabajadores humanitarios y el impedimiento de la entrada de los convoyes de UNRWA no permitirá salvar vidas y evitar la hambruna“, alertó el comisionado general de la Agencia de la ONU para los Refugiados palestinos (UNRWA), Phillippe Lazzarini.
La mitad de la población de la Franja, más de un millón de habitantes, sufren “inseguridad alimentaria catastrófica“, es decir, están en situación de hambruna inminente, advierte un reciente informe de la ONU; y al menos 34 gazatíes han muerto de hambre desde febrero, 31 de ellos menores, según el Ministerio de Sanidad del enclave, controlado por Hamás.
El Independiente/EFE/Redacción Foto: EFE