. La Jornada Maya/Rosario Ruiz
La causa es el síndrome blanco, una enfermedad letal detectada en Florida durante 2014. Un 70 por ciento de los corales duros ubicados muy cerca de las ruinas mayas de Tulum ha desaparecido por el síndrome blanco, haciendo del paisaje submarino algo “terriblemente triste”, señala Corales Tulum, un colectivo local de buzos profesionales y recreativos que se ha dado a la tarea de aprender, investigar, y monitorear los corales de la zona durante los últimos dos años.
En un comunicado en el que muestran su preocupación por el estado de la barrera arrecifal, destacan que “esta enfermedad letal (el síndrome blanco) fue registrada por primera vez en Florida en 2014 y en cuestión de cuatro años en Estados Unidos afectó un área de 450 kilómetros”. Llegó a México en el año 2018, donde logró recorrer la misma distancia en sólo un año.
“El primer registro fue en Puerto Morelos, pero sabemos que paralelamente ya había afectado a Playa del Carmen y Tulum. Hoy día, ya tenemos los primeros registros en Belice y Honduras”, mencionan. Los resultados del monitoreo de Corales Tulum desde principios del año 2018 y hasta la actualidad son devastadores: por ejemplo, las colonias más grandes de las Orbicellas Faveolatas, corales de más de un metro de ancho y de largo han desaparecido en 60 por ciento.
Los afamados corales Pilares (Dendrogyra Cylindrus), tan comunes anteriormente en la zona, hoy día están siendo buscados por distintos equipos de biólogos para intentar hacerlos crecer en cautiverio y ver si es posible su reproducción, porque directamente se los considera extintos y ya no se pueden observar más que especímenes muertos en el mar del Caribe.
También se han visto extremadamente afectados los corales cerebro y los corales estrella, especies emblemáticas del arrecife mesoamericano. “Creemos que en total de los sitios de buceo explorados en las costas de Tulum (los llamados Cuevitas, Dreams, Coquitos y Ballena), muy cerca de las ruinas mayas, han desaparecido 70 por ciento de los corales duros”, destacan.
Alertan que lo que está pasando es grave: “necesitamos todos tomar cartas en el asunto. Los pronósticos de las investigaciones no parecen alentadores si no hacemos algo ya. Es fundamental controlar el acceso al arrecife: lanchas, snorkelers, buzos, pescadores”.
Aseguran que es urgente frenar la destrucción del manglar y la construcción sobre las zonas costeras que sin control siguen tirando sus aguas negras al mar. Respetar las vedas marinas, no consumir tiburón, peces loro, caracoles rosados, ni tampoco comprar artesanías de estrellas de mar, caracoles o corales. “Asimismo, si observamos que hoteles, restaurantes u operadores turísticos no cumplen con las restricciones pertinentes ya mencionadas, podemos levantar una denuncia en la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente de manera gratuita y a través de su página de internet (https://www.gob.mx/profepa/es/#3162)”, concluyen