La cifra de contagios de coronavirus no baja en Alemania, y la de muertos sube. Merkel quiere más restricciones, y otros se oponen. El tono se vuelve cada vez más duro, y los nervios están al límite
dw.com
Desconcierto, esperanza, desesperación, nerviosismo y hasta resignación: rara vez la situación de la gente en Alemania ha sido tan contradictoria, y en gran medida tan negativa, como en este momento de la pandemia. El próximo martes, la canciller, Angela Merkel, quiere reunirse de nuevo con los jefes de gobierno de los estados federados, responsables del control de contagios, para decidir sobre el endurecimiento de las restricciones para frenar al coronavirus. O incluso en contra de estas. Porque la noticia de que Merkel cree que serán necesarias normas más duras durante ocho o diez semanas ha provocado un debate muy controvertido.
Todavía no está claro si al cierre parcial de la vida pública o “lockdown” en noviembre, al cierre reforzado en diciembre, y a las restricciones ampliadas, en enero, le seguirá un confinamiento completo en febrero. El presidente del Instituto Robert Koch (RKI), Lothar Wieler, tiene una clara opinión al respecto: “Las medidas que estamos tomando ahora, para mí, no son un cierre completo. Todavía hay demasiadas excepciones y no se cumplen de manera estricta”.
¿Qué importa más, los contagios o la economía?
La opinión de Wieler es compartida por muchos en las redes sociales: #MegaLockdown y #ZeroCovidShutdown son etiquetas bajo las cuales se está desarrollando un debate en la opinión pública alemana sobre lo que se está haciendo mal, y cómo mejorarlo ahora. El impulso común es: si todo, es decir, no solo las escuelas y los jardines de infancia, sino también los negocios, todas las tiendas, los comercios y el transporte público permanecen cerrados durante varias semanas, toda la gente se quedaría en casa y no tendría contactos, por lo tanto, el virus no tendría tantas chances de multiplicarse y causar más contagios y más muertes.
Pero ¿cuán realista es este escenario y qué sacrificios habría que hacer? El hecho es que las medidas adoptadas hasta ahora no han aplanado la curva de infección de manera sostenida, y las cifras están lejos de caer por debajo del límite fijado de 50 nuevos contagios por cada 100.000 habitantes en siete días. La Oficina Federal de Estadística informó que a finales de 2020 murieron en Alemania muchas más personas en promedio que en años anteriores. En la semana anterior a la Navidad, el número de muertes fue un 24% superior a la media anual.
La luz al final del túnel está todavía muy lejos
Las vacunaciones han comenzado, pero las dosis disponibles aún son demasiado escasas como para lograr resultados rápidos en la lucha contra la pandemia. Sobre todo, porque el proveedor de vacunas Pfizer anunció con poca antelación que no podría cumplir el volumen de entrega ya prometido durante las próximas tres o cuatro semanas debido a los trabajos de reconstrucción de su planta en Puurs, Bélgica.
Otro factor que complica más las cosas es la mutación del virus, altamente contagiosa, detectada en Gran Bretaña e Irlanda, así como en Sudáfrica. Eso pone nerviosos a los políticos. ¿Cuánto tiempo será efectiva la vacuna contra las mutaciones? ¿Cuál es la mejor manera de prevenir su propagación? “Existe la posibilidad de que la situación empeore”, ha dicho, incluso, el jefe del RKI.
Todos los ojos están puestos ahora en la economía. En el primer confinamiento, en primavera, los negocios también tuvieron que cerrar. El resultado fue una gran recesión económica, que recuerda a las consecuencias de la crisis financiera y económica de 2008/2009. Eso no debe repetirse. Las líneas de ensamblaje están funcionando, las empresas están produciendo, en las oficinas se sigue trabajando. De esta forma, el cierre de la vida pública podría mantenerse durante mucho tiempo, calcula el ministro alemán de Finanzas, Olaf Scholz.
El teletrabajo, uno de los temas centrales del debate
Sin embargo, el trabajo de oficina, en particular, podría hacerse desde casa con mucha más frecuencia que antes. La mitad de todos los empleos en Alemania se desarrollan en una oficina. Una encuesta representativa de la Fundación Hans Böckler, cercana a los sindicatos, mostró que el 27% de los empleados realizaron teletrabajo durante el primer cierre de la vida pública, pero en noviembre, esa cifra llegó solo al 14%.
El profesor de Economía de la Universidad de Bonn, Hans-Martin von Gaudecker, ha calculado que trabajar desde casa tiene un gran impacto en la tasa de la infección. Si solo un 1% más de la población activa hubiera realizado teletrabajo desde principios de octubre, según los resultados de su estudio, Alemania habría tenido alrededor de un 7% menos de infecciones antes de Navidad. Entonces, ¿podría ser esa la salvación? ¿También para la economía y, por lo tanto, para las ya maltrechas finanzas del Estado?
Antes de la reunión del martes, seguramente, se contará con más información. Según el portavoz del gobierno, Steffen Seibert, no habrá teletrabajo obligatorio, pero los empleadores pronto tendrán que dar razones más claras de por qué no permiten trabajar desde casa.
(ct/cp)