- Desde hace unos tres meses la “nueva opción” para entrar a Estados Unidos es por Canadá. El súper negocio de la inmigración para los carteles se ajusta a las nuevas restricciones estadunidenses establecidas por la orden ejecutiva que entró en vigor hace una semana
Unos 70 000 inmigrantes ingresan mensualmente a Estados Unidos bajo los programas de “libertad condicional” creados por el presidente Biden, sin embargo, la nueva orden ejecutiva que entró en vigor para detener el flujo migratorio hacia este país está fomentando un nuevo tipo de migración hacia la frontera norte estadunidense con Canadá, pues las nuevas medidas solo se aplican a la frontera sur con México.
El perfil del inmigrante podría cambiar a jóvenes entre 21 y 22 años quienes, al ingresar a Estados Unidos con documentos falsos, mienten sobre su edad a fin de que puedan reclamar su estatus de “menores de edad” para ser liberados.
Desde hace unos tres meses la “nueva opción” para entrar a Estados Unidos es por Canadá. El súper negocio de la inmigración para los carteles se ajusta a las nuevas restricciones estadunidenses establecidas por la orden ejecutiva que entró en vigor hace una semana.
De acuerdo al Washington Times, los cárteles ayudan a las personas a ingresar a Estados Unidos proporcionándoles documentos falsos a fin de que reclamen el estatus de menores de edad al ingresar a este país, la mayoría de edad en Estados Unidos es a los 18 años cumplidos.
Si el ingreso tiene éxito, se abre la posibilidad de que los adultos puedan unirse a sus hijos más tarde. A final de cuentas, el negocio cambia e incrementa sus ganancias pues la entrada por Canadá aumenta el precio por cada persona, esto con base a la distancia del país de origen, ya sea que parte del viaje sea por tierra o sea por vía aérea, el costo habrá de variar y por supuesto, aumentará. Los traficantes nunca le pierden.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza ya está al tanto de este giro en el movimiento migratorio, «vamos a tener jóvenes de 21 y 22 años… llegando ya sea por la frontera sur o por la frontera norte con Canadá y reclamando falsamente su estatus para ser liberados en los EE. UU”. La orden ejecutiva de Biden permite suspender la entrada a Estados Unidos a personas sin visas legales que desean ingresar por la frontera sur, hay excepciones en su aplicación y esto son los niños inmigrantes que viajan solos, sin sus padres.
Sin embargo, hay medidas que hablan en sentido contrario, el WTimes menciona que en las oficinas de detención todavía hay carteles que recuerdan a los inmigrantes su derecho de solicitar asilo, y señala que según la Oficina de Aduanas la orden ejecutiva no afecta en el ingreso de 70 000 inmigrantes que ingresan mensualmente bajo los programas de “libertad condicional” creados por Biden.
El Dallas News se va a cifras mayores al señalar que unas 4 000 personas ingresan cada día a Estados Unidos, un promedio de 120 000 al mes.
En este sentido, hay muchas dudas de que la nueva medida pueda frenar el ingreso de migrantes a gran escala, además de que los carteles difícilmente renunciarán a tan lucrativo negocio. Según las autoridades de migración estadunidenses, en los últimos meses aumentó el tráfico de personas a la frontera de Estados Unidos con Canadá pues esta zona se convirtió en una opción más viable dado que la orden ejecutiva de Biden eximió a esta frontera de su suspensión.
Los activistas y defensores de los derechos de los inmigrantes acusan que las nuevas medidas ponen en riesgo a estas personas, a la vez también viola las obligaciones internacionales de brindar refugio a los individuos cuyas vidas están en peligro, además los que ya solicitaron este asilo quedarán varados en condiciones peligrosas en México.
El tema fuerte que viene es qué destino van a tener todas las personas detenidas y que supuestamente habrán de ser deportadas. México aceptó recibir a migrantes no mexicanos en cantidades limitadas (30 000 al mes) procedentes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela.
Pero el problema es que Estados Unidos carece de los fondos necesarios para deportar a personas de más de 100 países que llegan diario, entre ellos hay ciudadanos procedentes de África y Asia, y la situación se complica por los problemas diplomáticos y logísticos para deportar a migrantes procedentes de Rusia, China y Venezuela.
En fin, si tendrá éxito o no la orden ejecutiva de Biden está por verse, y para ver qué rumbo van a tomar las cosas pues nada más hay que considerar que las impugnaciones y reclamos de los activistas ya están cobrando forma, Biden invocó la Ley de Inmigración y Nacionalidad que le permite prohibir la entrada a grupos de personas si su presencia resulta “perjudicial para los interese de Estados Unidos”.
Donald Trump invocó los mismos poderes para impedir la entrada de ciudadanos musulmanes, ahora bien, los activistas y grupos defensores de inmigrantes probablemente exploten la veta de que Biden no cumplió con el criterio de “perjudicial”.
Los republicanos alegan que Biden actuó demasiado tarde y con poco “parque”. Los demócratas están muy enojados y bastante divididos, unos alegan que el mandatario abandonó los principios básicos de su partido sobre la inmigración y otros le reconocen el embrollo político que se armó y del cual no hay salida inmediata en este tiempo electoral.
Los del Caucus Hispano en el Congreso dieron en el calvo al advertir que las “estrategias de aplicación de la ley demostraron ser ineficaces y solo crearon más caos en la frontera”. Y así es la realidad, hay un verdadero caos fronterizo, a los carteles la nueva ley les hace “lo que el viento a Juárez” y los inmigrantes siempre habrán de encontrar una puerta de entrada. La necesidad de huir de la pobreza y violencia se impone.
El Independiente/Martha Aguilar Foto: EFE