Tras permanecer por más de 36 horas prófugo de la justicia, familiares de Gilberto de Jesús de Dios no soportaron la presión social e informaron a las autoridades ministeriales que el presunto asesino se encontraba oculto en un domicilio del fraccionamiento Villas del Mar.
Los familiares, ante el temor que la madre fuera retenida por la ciudadanía y lincharan a Gilberto, llevaron a los policías hasta donde se escondía y pidieron que fuera detenido.
Gilberto, al notar la presencia policial, bajó la cabeza y se rindió de inmediato sin oponer resistencia, la petición de la familia fue que no fuera golpeado ya que asumiría su culpa y pagaría con cárcel.
Sereno, pero visiblemente temeroso, el presunto asesino fue trasladado a las instalaciones de la Fiscalía para ser interrogado y únicamente aceptó que el día que ocurrieron los hechos estaba muy borracho y drogado así que no recuerda lo que pasó.
Los hechos por los que es señalado ocurrieron el 8 de octubre del año en curso, cuando según las primeras investigaciones, por parte de la Fiscalía Especializada en Combate al Delito de Homicidio, el ahora detenido, aprovechando su cercanía familiar con las víctimas, las agredió física y sexualmente a uno de ellos, lo que originó la muerte de uno de los menores, ocurrida el 9 de octubre y que el otro sufriera diversas lesiones.
