Rafael Pascual
Una mujer que ha sido víctima de violencia física y sexual desde hace varios meses por parte de su exesposo, identificado como Arnaldo, solicitó públicamente la intervención de la gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama, para evitar que su agresor logre revertir la medida de arraigo domiciliario que le ha sido impuesta.
Con lágrimas en los ojos y el miedo en la voz, Estefanía, una joven y valiente mujer, se presentó este lunes ante los medios para exigir justicia en un caso que ha conmocionado a la opinión pública.
La mujer, quien se mantiene bajo estrictas medidas de protección, teme que su exmarido, conocido por sus influencias, pueda utilizar su poder para escapar de la justicia y en un acto de venganza, atentar contra su vida.
Dijo que a pesar de los brutales abusos que sufrió, la justicia parece haberle dado la espalda, pues su caso fue reclasificado como “violencia” y Arnaldo obtuvo el beneficio de arraigo domiciliario, libre en su propia casa.
Para Estefanía este fallo es una burla y una señal de que los poderosos, respaldados por amistades en altas esferas políticas y empresariales, pueden salir impunes.
La joven relató cómo Arnaldo la habría golpeado, vigilado y perseguido, usando incluso dispositivos de GPS en sus vehículos para rastrearla. Ante el peligro, Estefanía tuvo que huir, refugiarse en varios estados del país, y vivir en el anonimato por el temor de que este hombre termine lo que comenzó.
Ahora, con valentía ha decidido dar la cara y exigir a las autoridades que hagan justicia antes de convertirse en una cifra más en las estadísticas de feminicidios en México.
Este lunes, arropada por un grupo de mujeres que comparte su lucha, al concluir la rueda de prensa marchó hasta el palacio municipal de Benito Juárez, donde finalmente fue recibida por autoridades que prometieron que tomarán cartas en el asunto para protegerla y asegurar que su agresor enfrente la justicia.
El clamor de Estefanía es una súplica desesperada y una advertencia: los poderosos no deben estar por encima de la ley.
