BBC News Mundo/Redacción Foto: Reuters
Decenas de personas en Myanmar perdieron la vida este sábado a manos de las fuerzas de seguridad del país, en lo que los activistas aseguran que es “el día más sangriento” desde la toma del poder militar el mes pasado.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo que Washington está “horrorizado” por lo acontecido en Myanmar.
Las muertes, que se cree que superan las 100, muestran “que la junta (militar) sacrificará la vida de la gente para servir a unos pocos”, añadió Blinken.
La embajada de Estados Unidos dijo anteriormente que las fuerzas de seguridad estaban “asesinando a civiles desarmados”, mientras que la delegación de la Unión Europea en Myanmar aseguró que el sábado -el Día de las Fuerzas Armadas- “quedaría grabado como un día de terror y deshonra”.El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, afirmó, por su parte, que estaba “profundamente conmocionado”.
La represión mortal contra los civiles, incluidos niños, se produjo cuando los manifestantes desafiaron las advertencias y tomaron las calles en pueblos y ciudades.
La Asociación de Asistencia para Presos Políticos (AAPP, por sus siglas en inglés) registró al menos 91 muertes, mientras que los medios locales reportaban cifras aún más altas.
“Nos están matando como pájaros o gallinas, incluso en nuestras casas”, dijo Thu Ya Zaw a la agencia de noticias Reuters en la ciudad central de Myingyan.
“Seguiremos protestando a pesar de todo”, añadió.
Las muertes de este sábado se suman al número registrado en las protestas que se suceden en el país desde el golpe de Estado del 1 de febrero, y ya superan las 400.
Los militares tomaron el control del país del sudeste asiático después de que en las elecciones generales celebradas a principios de este año, el partido Liga Nacional para la Democracia que lidera Aung San Suu Kyi ganó por abrumadora mayoría.
¿Qué está pasando en las calles?
Los manifestantes decidieron reunirse este sábado en diferentes pueblos y ciudades de todo Myanmar, también conocida como Birmania.
La televisión estatal emitió una advertencia el viernes de que los manifestantes corrían el riesgo de recibir disparos “en la cabeza y la espalda”.
Las fuerzas de seguridad se desplegaron tratando de evitar las movilizaciones.
Imágenes que fueron compartidas en las redes sociales mostraban a personas con heridas de bala y familias de luto.
El director de la Red de Derechos Humanos de Myanmar en Reino Unido le dijo a la BBC que el ejército había demostrado que no tenía “límites, ni principios”.
“Es una masacre, ya no es una represión”, calificó Kyaw Win.
Phil Robertson, subdirector de Human Rights Watch (HRW, por sus siglas en inglés) en Asia, describió las escenas como “impactantes, horribles, bárbaras e inaceptables”.
“Está bastante claro que este es el día más sangriento”, le dijo a la BBC.
Medios periodísticos informaron que hubo violentas represiones con disparos de bala en más de 40 lugares del país. El sitio de noticias local Myanmar Now calculó el número de muertos en 114, mientras que Naciones Unidas dijo que estaba recibiendo informes de “decenas de muertos” y cientos de heridos.
La AAPP, que ha estado contabilizando el número de personas muertas y detenidas desde el golpe, dijo que entre las víctimas mortales se encontraba una niña de 13 años que fue asesinada a tiros dentro de su casa.
Testigos y fuentes reportaron a la BBC sobre muertes de manifestantes en las ciudades y municipios de Magway, Mogok, Kyaukpadaung y Mayangone.
También se informó de muertes en las calles de la segunda ciudad más grande del país, Mandalay, mientras los manifestantes portaban la bandera de la Liga Nacional para la Democracia (NLD), el partido de la líder civil detenida de Myanmar Aung San Suu Kyi e hicieron su tradicional saludo antiautoritario de tres dedos.
Los militares no realizaron declaraciones sobre las muertes durante las movilizaciones.
En un discurso televisivo del Día de las Fuerzas Armadas, el líder del golpe de Estado Min Aung Hlaing reiteró la promesa de celebrar elecciones, pero no dio ningún plazo.
“El ejército busca unirse a la nación entera para salvaguardar la democracia”, aseguró.
“Los actos violentos que afectan la estabilidad y la seguridad para hacer demandas son inapropiados”, afirmó.
El Día de las Fuerzas Armadas conmemora el inicio de la resistencia militar de Myanmar contra la ocupación japonesa en 1945.
Un desfile militar en la capital, Naypyitaw, contó con la presencia del viceministro de Defensa de Rusia, Alexander Fomin.
Otros países, incluidos China, India, Pakistán y Vietnam, enviaron representantes pero no ministros, según Reuters.
Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea han impuesto sanciones en respuesta al golpe militar.
Los lazos de defensa de Myanmar y Rusia han aumentado en los últimos años. En ese tiempo, Moscú ha proporcionado entrenamiento a miles de soldados y vendido armas a los militares.
Niños entre muertos y heridos – Análisis de Moe Myint, periodista del servicio birmano de la BBC En todo el país, entre los heridos y los muertos hay niños.
Se trata del día más sangriento desde el golpe del 1 de febrero. La madre de Pan Ei Phyu, de 14 años, dice que se apresuró a cerrar todas las puertas cuando escuchó a los militares que venían por su calle. Pero no fue lo suficientemente rápida. Un momento después, sostenía el cuerpo empapado en sangre de su hija. “La vi desvanecerse e inicialmente pensé que se resbaló y cayó. Pero luego la sangre brotó de su pecho”, dijo al servicio birmano de la BBC desde Meiktila en el centro de Myanmar. Fueron las muertes de hoy -de manera aleatoria y violenta- lo que fue particularmente impactante. Con armas de campo de batalla, las fuerzas de seguridad parecían dispuestas a disparar a cualquiera que vieran en las calles.
La brutalidad de la que demostraron que eran capaces está en otro nivel de lo que hemos visto desde el golpe. Ninguno de los bandos, ni el ejército ni el movimiento a favor de la democracia, está dispuesto a dar marcha atrás.
Los militares creen que pueden aterrorizar a la gente para lograr “estabilidad y seguridad”. Pero el movimiento en las calles, liderado por jóvenes, está decidido a librar al país del gobierno militar de una vez por todas. Es doloroso tener que contar los muertos que van en aumento, especialmente los niños.