Silvia Reyes
“Ser mujer en Quintana Roo es estar condenada a un paraíso que huele a sangre” dijo en entrevista Ariadne Song Anguas, activista y vocera del colectivo Xtabay, que pertenece a la Red Feminista Quintanarroense.
Y no es para menos, luego de los últimos hechos de violencia en contra de mujeres, Quintana Roo ya es identificado a nivel nacional e internacional, como una entidad feminicida.
Desde julio de 2017, Quintana Roo es uno de los 19 estados con Alerta de Violencia de Género, mecanismo de protección de los derechos humanos de las mujeres único en el mundo, pero que no ha funcionado por incompetentes como Víctor Mas Tah, alcalde de Tulum, municipio donde una salvadoreña perdió la vida a manos de policías.
Tulum, uno de los destinos turísticos más importantes del país, que registra un incremento significativo de violencia desde hace tres años, es gobernado por Mas Tah; durante su administración han aparecido varios grupos criminales que se disputan la distribución de drogas, pero además han crecido las invasiones, el comercio informal, devastación de recursos naturales y los habitantes no cuentan con servicios públicos de calidad.
Pero lo que tiene en el ojo del huracán a Tulum y su presidente municipal, Víctor Mas Tah, es la muerte, a manos de policías, de Victoria Salazar, originaria de El Salvador, con 36 años y dos hijas; por su parte, el presidente de ese país, Nayib Bukele, lamentó estos hechos y exigió que se haga justicia en contra de los responsables.
En entrevista para Milenio, Fabiola Alanís, titular de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), afirmó que la muerte de Victoria, tras ser sometida por policías municipales de Tulum, es evidentemente un feminicidio.
De acuerdo al Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública, en 2018 fueron 58 las muertes violentas de mujeres, en 2019, 64, en 2020, 61 y en lo que va de 2021 se han registrado 16.
Están vigentes Alertas en tres municipios: Benito Juárez, Cozumel y Solidaridad. Además, el mecanismo indicó que se requiere acciones específicas para el municipio de Lázaro Cárdenas, en donde se registró un crimen salvaje, brutal, en contra de Karla “N”.
Esta brutalidad policiaca en Tulum y la del 9 de noviembre del año pasado en Cancún, cuando se agredió a manifestantes que exigían cese a feminicidios, evidencia el fracaso del Mando Único del gobernador Carlos Joaquín González, a quien las integrantes del movimiento Marea Verde, le pidieron utilizar la palabra feminicidio respecto a la muerte de Karla en Holbox. Y no calificarlo como un «homicidio», porque “nombrar la violencia hacia las mujeres correctamente es el primer paso para combatirla”.
En este mes de marzo, en Cancún se registraron dos asesinatos más de mujeres, una fue hallada quemada, y otra murió por un disparo de arma de fuego.
Aún queda un largo camino para erradicar la violencia de género en Quintana Roo.