- A casi ocho años de cerrar sus puertas, se ha convertido en un nido de malvivientes
Rafael Pascual
A casi ocho años de cerrar sus puertas, las instalaciones del antiguo Hospital General de Cancún, ubicadas en la supermanzana 65 de esta ciudad, se han convertido en un aterrador “elefante blanco”.
De acuerdo a vecinos, en ese lugar abandonado se han cometido muchos delitos de alto impacto, ya que los delincuentes aprovechan la oscuridad y nula vigilancia para aterrorizar a los vecinos de la zona.
Ya no existe mobiliario, ni cableado de energía eléctrica y todas las puertas y ventanas han sido saqueadas en su totalidad; las paredes y techos se están cayendo a pedazos.
La administración de Carlos Joaquín González recibió varias propuestas para aprovechar dichas instalaciones establecidas en el centro de la ciudad -destaca la propuesta de una casa hogar para ancianos- que fueron rechazadas por el ex gobernador, ahora embajador en Canadá.
Los habitantes de la zona lamentan que estas instalaciones hayan sido desaprovechadas, y ahora están en ruinas, convertidas en un peligro para la comunidad, un nido de los delincuentes que operan en El Crucero e inmediaciones.
En un recorrido hecho por el lugar, se pudo observar que al menos una docena de personas tienen tomadas las instalaciones que las han habilitado como su domicilio, pero todo está lleno de basura y excremento humano.
Las patrullas de la Secretaría de Seguridad Ciudadana pasan a cada rato, pero nada pueden hacer para sacar a las personas que están adentro del inmueble abandonado, pues afirman que eso le compete al Estado, pues el lugar es propiedad de la Secretaría Estatal de Salud.