Tras la denuncia del influencer Luisito Comunica, por el alto costo del servicio de taxis en el aeropuerto de Cancún, la secretaria de Gobierno, Cristina Torres, señaló que solicitarán a las autoridades federales y de estas terminales aéreas un mayor control de las tarifas.
Recordó que por instrucciones de la gobernadora Mara Lezama se instaló una mesa de trabajo en el Aeropuerto Internacional de Cancún, para mejorar la seguridad, la migración, las aduanas y el transporte.
Torres Gómez también dijo que se instaló la Mesa de Seguridad Turística en Quintana Roo, que permitirá una mejor comunicación entre los tres niveles de gobierno en caso de cualquier incidente.
Luisito Comunica causó revuelo en redes sociales al exponer una presunta estafa sufrida durante su reciente visita a Cancún.
A través de una serie de historias en sus redes, el youtuber relató que pagó la suma de 2 mil pesos por un trayecto de apenas 20 minutos desde el aeropuerto hasta su hotel en un vehículo económico, lo que consideró una tarifa injustificada.
“Esto es un abuso total. Están cobrando precios desorbitados por un servicio básico, aprovechándose de los turistas”, manifestó Luisito en sus publicaciones, mostrando su indignación por lo que calificó como un abuso económico hacia los visitantes.
Según el creador de contenido, estos altos precios no solo afectan a los turistas, sino también a la imagen del destino.
“Estoy impresionado con toda la mafia de los taxis aquí. Contraté a este chofer en un coche Sentra, por un trayecto de 20 minutos me cobraron 2 mil pesos. Así son todos de ratas ¿o qué? Esos son cien dólares para gente de otros países”, explicó.
El influencer mexicano no dudó en comparar esta experiencia con servicios similares en otros países. Según sus relatos, en destinos como Nueva York o Tokio, un trayecto en taxi de más de una hora tiene un costo similar al que le cobraron en Cancún por un recorrido de apenas 20 minutos.
Además, Luisito Comunica habló sobre quién podría estar detrás de estos precios desmesurados. En su opinión, los verdaderos responsables no son los taxistas directamente, sino “algo más atrás”, como sindicatos, comisiones del aeropuerto o incluso el crimen organizado.