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lunes 21 abril 2025

Ocho de cada 10 restaurantes en Cancún manejan mal sus trampas de grasa

  • Alertan por daños al drenaje y al manto acuífero

Rafael Pascual

La Dirección de Ecología de Benito Juárez advirtió que el 80% de los restaurantes inspeccionados manejan mal sus trampas de grasa, lo que provoca saturación del alcantarillado, daños a la infraestructura pluvial e incluso contaminación del manto acuífero. Según el coordinador de Inspección y Vigilancia, Daniel Gustavo Rodríguez Lozano, se trata de un problema grave que debe atenderse desde la fuente generadora de residuos.

Ante esta situación, la dependencia municipal y la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) en Cancún y Quintana Roo, impulsaron un curso de capacitación al que asistieron más de 50 restaurantes para mejorar el manejo de residuos.

José Julio Villarreal Zapata, presidente de Canirac, explicó que la capacitación busca prevenir la filtración de residuos al drenaje, así como aclarar dudas sobre las atribuciones de los inspectores municipales y reducir los riesgos de incurrir en faltas administrativas.

El tratamiento inadecuado de estos residuos puede derivar en multas de hasta 100 mil pesos e incluso clausuras. No obstante, las autoridades han optado por iniciar con una estrategia educativa y de concientización para generar un cambio real en las prácticas del sector.

Además de las grasas, los residuos sólidos también representan un reto: aunque seis de cada 10 restaurantes cumplen con una separación adecuada, el resto aún contribuye a la saturación del relleno sanitario y a la proliferación de basureros clandestinos.

Esta mala gestión no solo daña la atmósfera, sino que representa una oportunidad perdida, pues los materiales reciclables podrían generar ingresos extra y contribuir a una ciudad más limpia.

Si bien la situación actual evidencia un rezago ambiental preocupante, la apertura del sector restaurantero a capacitarse es una señal positiva. La solución requiere voluntad, vigilancia efectiva y un compromiso real con la sustentabilidad urbana.

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