Milenio
La industria de reuniones en México busca reinventarse tras el terrible impacto que dejó la pandemia el año pasado: el cierre de 114 empresas (de las 850 que iniciaron el año) y una pérdida en ingresos cercana a los 20,300 millones de dólares (mdd).
La reactivación económica y el proceso de vacunación son un aliciente, pero será hasta el 2022 cuando el sector recuperará los números previos a la crisis. Los protocolos sanitarios impulsados por el sector privado serán fundamentales. “Las empresas cerraron operaciones porque ya no pudieron más con el pago de nóminas y rentas. Es una realidad dura y cruda. Además, el agotamiento financiero hará que el 2021 sea más complicado que el año anterior”, dice Jaime Salazar, presidente del Consejo Mexicano de la Industria de Reuniones (COMIR).
En ese tenor, la industria busca mecanismos, nacionales e internacionales, que le permitan tener algunos fondos para la reactivación, dice Salazar. El directivo detalla que es necesario mantener el diálogo con funcionarios del gobierno para obtener recursos “que no necesariamente son de gran tamaño”, por ejemplo, 50 millones de pesos que permitan a las empresas organizadoras de eventos tener capital de riesgo para enfrentar la situación.
“Queremos que se entienda que no es una ayuda a los empresarios sino a la industria que repercutirá en la conservación del empleo y la reactivación de la economía, en particular del segmento de reuniones”, agrega Salazar.
Reinventarse o morir Para dimensionar la importancia que tiene este segmento en el panorama de la industria turística y la economía del país, basta considerar que, según con la International Congress and Convention Association (ICCA), el turismo de reuniones deja una derrama de 25 millones de dólares (mdd), aporta 1.5% del PIB nacional. Además, una persona viajera de negocios gasta 53% más que una que lo hace por placer.
Según la cadena Business Hotel CitiExpress, 60% (17,000 mdd) de este consumo se concentra solo en hoteles y aerolíneas, y hasta el año pasado tenía un ritmo de crecimiento de alrededor de 12% anual. En términos de generación de empleos, el cálculo es de 890,000 puestos a los años, tanto formales como informales.
“Nosotros tuvimos un desplome a nivel nacional desde 158,000 mdd a 31,000 mdd el año pasado”, dice Francisco Cachafeiro, presidente del capítulo mexicano del Meeting Professionals International (MPI), la organización de turismo de eventos más grande a nivel mundial.
“Es una caída muy fuerte para todos quienes participamos de esta cadena de valor, porque estuvimos parados mucho tiempo. Hoy prácticamente solo hacemos eventos virtuales o híbridas y nuestra facturación es de apenas de 20% con respecto a los números anteriores”, agrega.
Eduardo Chaillo, consultor de STA, concuerda con Cachafeiro al decir que “el año pasado fue muy malo, y el resultado fue una caída de 28.7%”. El Consejo Mexicano de la Industria de Reuniones (COMIR) señala que el daño no ha sido parejo: las proyecciones más optimistas indican una caída de 26%, aunque algunos subsegmentos, como el de decoradores de stands, resintieron pérdidas por hasta 81.7%.