Columna: Seguridad y Defensa Carlos Ramírez
@carlosramirezh / seguridadydefensa@gmail.com
Aunque comenzó con más expectativas que resultados, la serie Somos., producida y difundida por Netflix, sobre la matanza de civiles en Allende, Coahuila, en marzo de 2011, deja de todos modos una imagen impactante que permite entender por qué estamos donde estamos en materia de inseguridad, violencia y dominio criminal.
Con un guión basado en el sobresaliente trabajo de investigación de la periodista Ginger Thompson, excorresponsal en México del The New York Times, y disponible en internet abierto -https://indicadorpolitico.com.mx/?p=7553- bajo el título de Anatomía de una masacre, el documental realista se titula Somos. y lleva de manera simbólica en el título un punto, como para significar así somos y punto.
La serie y el reportaje presentan la descomposición del tejido social, político y de Estado en el municipio de Allende, en Coahuila, cercano a la frontera con Estados Unidos, que permitió que paulatinamente el narcotráfico se hiciera cargo del control gubernamental local y social, ante la pasividad y colaboracionismo de los habitantes.
Poco se puede reclamar a la sociedad por la expansión social del crimen organizado, si las estructuras, instrumentos y mecanismos de seguridad del Estado no funcionan para mantener la estabilidad en la seguridad en zonas apartadas de la República.
En la serie se percibe cómo el Estado fue rebasado de manera muy fácil por el poder del crimen organizado, subordinando o desplazando a las autoridades institucionales. La historia responsabiliza a la DEA del suceso. La agencia estadounidense compartió con policías mexicanos información sobre la posesión de los teléfonos de Los Zetas 40 y 42, jefes del temible grupo, y estos desencadenaron una venganza sangrienta contra un pueblo.
Lo planteado por Somos. revela la dimensión del trabajo hercúleo que debieran hacer el Estado y la sociedad para recuperar el control de la soberanía territorial del Estado que se encuentra en poder del crimen organizado, cómo lo revelan los datos de las últimas masacres.
ZONA ZERO
La crisis de seguridad, después de ver la serie de Netflix, exhibe el tamaño de la descomposición de la sociedad y el poder que ha permitido el dominio de la violencia criminal. Y lleva a la conclusión de que se requiere más de lo pensado y planeado para poder recuperar la estabilidad de la seguridad interior.