Columna: Teléfono Rojo José Ureña www.24-horas.mx
Las negociaciones avanzan.
Por ello hay optimismo.
Varios interlocutores del Gobierno han tenido encuentros con representantes de los principales cárteles y grupos criminales del país. Reuniones largas y hasta amables, podría decirse.
Un esfuerzo iniciado desde principios del sexenio y encomendado a Ricardo Peralta Saucedo para impulsar la política de abrazos, no balazos.
No cumplió la encomienda porque luego fue desacreditado por varios actores y debió dejar la subsecretaría de Gobernación en agosto de 2020.
Algunos gobernadores se inconformaron por su forma de operar y el tamaulipeco Francisco García Cabeza de Vaca lo señaló por hacer política a su favor desde su cargo.
También intentó influir en la sucesión de Morena.
El entonces dirigente del partido del Gobierno, Alfonso Ramírez Cuéllar, lo acusó de sobornar a los magistrados del Tribunal Electoral.
Se fue Peralta Saucedo y quedó trunco el intento de pacificar al país con un acuerdo pactado a gran escala por regiones, grupos y circunstancias.
EL TRIÁNGULO DORADO
Se ha retomado este esfuerzo.
El punto de partida es el fracaso en los sexenios anteriores de enfrentar a los distintos grupos criminales con balas.
El cambio ha sido radical.
Hoy se propone a los principales capos, con la amnistía y programas sociales de largo alcance, esfuerzos y compromisos comunes.
Las reuniones se han dado en los lugares donde tienen más influencia e inclusive en Sinaloa, a donde acudirá el Presidente este fin de semana.
La curiosidad está centrada en Badiraguato, pero en general es el llamado triángulo dorado conformado por Sinaloa, Durango y Chihuahua.
La zona se hizo famosa porque de ahí surgieron personajes del llamado cártel de Sinaloa y donde vivía y fue capturado Joaquín El Chapo Guzmán.
Luego, en gira para hablar con los deudos de la masacre de Bavispe, Andrés Manuel López Obrador saludó de mano a la señora María Consuelo Loera Pérez, mamá de El Chapo.
Aquel encuentro fue público y quedó grabado, pero esta vez la agenda incluye un recorrido sin prensa por la región.
JUSTICIA TRANSICIONAL
1.- Poco se ha dicho desde la salida de Ricardo Peralta.
Pero hay esfuerzos con la bendición presidencial para estudiar alternativas y cumplir el sueño de trascender como lo dijo el 15 de julio:
-Por más que se haya hecho, no vamos a acreditar históricamente a nuestro Gobierno…
Una ruta es la llamada justicia transicional, esfuerzo explorado en otros países pero cuya aplicación se tropicalizaría para adaptarla a México.
La encabeza el abogado penalista Sergio Arturo Ramírez Muñoz y trabaja de la mano de distintas instituciones gubernamentales.
Sus propuestas están en la oficina presidencial.
La sintetiza en cuatro pasos:
I.- Búsqueda de la verdad, con la cual se documentarían los delitos cometidos y el autor aceptaría su culpa.
II.- Obtención de justicia, eufemismo mediante el cual el Estado sería corresponsable de reparar el daño a las víctimas.
III.- Persecución del delito. Es decir, no habría perdón, pero sí consideraciones para los criminales para su reinserción social.