Usuarios piden infraestructura para el creciente uso de bicicletas en la zona
La Jornada Maya/Miguel Améndola
Aunque desde 2018 se había anunciado una ciclopista que comunicaría la cabecera municipal con las comunidades de la zona de transición, hasta la fecha no se ha materializado.
Fue precisamente entre junio y julio del 2018 que se vio personal y maquinaria trabajando en el tramo carretero Tulum-Cobá, que pasa por las comunidades de Macario Gómez, Manuel Antonio Ay y Francisco Uh May, pero tras unos cuantos meses la obra se abandonó sin que se supieran las razones.
Al día de hoy esa obra luce como un simple espacio aplanado con concreto a un costado de la vía de rodamiento; mide aproximadamente un metro y medio de ancho y apenas cubre cuatro kilómetros de largo. El resto del camino (aproximadamente 50 kilómetros) los ciclistas deben usar la misma carretera que los coches.
Empresarios como Erick Cortés y Arturo Ramírez, especializados en la renta de bicicletas, señalaron que se requiere infraestructura segura para la creciente demanda de la utilización de este medio de transporte en Tulum.
Otro tramo en el que se anunció que habría una ciclovía es del lado de la costa, yendo hacia la zona arqueológica; ésta comenzó a hacerse a principios del 2014 y tras unas semanas pararon los trabajos, dejando estragos negativos pues con maquinaria pesada cortaron bordes de la vialidad, lo que causó que se redujera el espacio y sea peligrosa. Esta obra inconclusa ha causado caídas y atropellamientos de ciclistas y motociclistas, así como múltiples accidentes vehiculares por la reducción del espacio carretero.
En el 2018 se tuvieron reuniones entre el gobierno municipal de la actual administración y dependencias federales como la Secretaría de Turismo, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para gestionar los recursos para llevar a cabo estos trabajos, pero no se concretó nada.
Este proyecto estuvo a punto de cristalizarse a principios del año 2018; se había destinado una partida presupuestal de aproximadamente 2.8 millones de pesos provenientes del programa de Derecho de Uso de Zona Arqueológica (DUZA) del Instituto Nacional de Antropología e Historia, pero tras un tiempo se desechó esa opción.
Mientras, los empresarios y sector transportista continúan insistiendo en contar con un espacio para la movilización de ciclistas y peatones en esta carretera que mide aproximadamente 3.5 kilómetros y que va desde la caseta de Policía Turística en el cruzamiento conocido como “La T” hasta la entrada de la zona arqueológica.
Entrevistado al respecto, el director general de Planeación Municipal, Bernardino Mis Teh, comentó que hubo reducción presupuestal desde años pasados y ahora la pandemia del Covid-19 también ha paralizado diversas obras, entre ellas estas.