El secretario general de la ONU, advirtió a los líderes que el mundo nunca ha estado más amenazado y dividido, y que enfrentamos la mayor cascada de crisis de nuestra vida
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En persona y en pantalla, los líderes mundiales regresaron a la sede de Naciones Unidas por primera vez en dos años con una enorme agenda de crisis crecientes para abordar, entre ellas la persistente pandemia de coronavirus y el imparable calentamiento del planeta.
En su discurso al inaugurar la sesión, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, advirtió a los líderes que el mundo nunca ha estado más amenazado y dividido y que “enfrentamos la mayor cascada de crisis de nuestra vida”. “Estamos al borde de un abismo y avanzamos en la dirección equivocada”, dijo.
Guterres señaló las “enormes desigualdades evidentes” provocadas por la pandemia de Covid-19, las campanas de alarma climática “sonando en un punto álgido”, los trastornos de Afganistán a Etiopía y Yemen que frustran la paz mundial, una oleada de desconfianza y desinformación que “polariza a las personas y paraliza a las sociedades”, y los derechos humanos bajo fuego.
El secretario general dijo que la solidaridad de las naciones para abordar estas y otras crisis “falta en la acción, justo cuando más la necesitamos”.