Columna: Alma Grande Ángel Álvaro Peña www.24-horas-mx
Coincidir no es borrar fronteras sino fortalecerlas, y es lo que hacen en este momento en materia fiscal los presidentes de Estados Unidos y México al reforzar la lucha contra la evasión fiscal. Los discursos están coordinados por un objetivo muy similar, y por ello López Obrador mostró en su conferencia matutina la versión gringa de “Primero los pobres”.
La vieja usanza de algunas personas con mucho dinero, en ambos lados de la frontera, evadían impuestos sacando su capital, o bien trasladándolo de un país a otro para evitar el pago de las altas sumas que les tocaba erogar; sin embargo, todo tiene un fin y a esa salida de capital y fuentes de trabajo, la reacción de Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador pareciera estar coordinada en beneficio de los desfavorecidos.
En México conocemos la consigna de Primero los pobres, de ser puntuales con el pago de impuestos y de castigar la evasión de impuestos de manera ejemplar; en el vecino país del norte el presidente Biden acaba de pronunciar el lunes 20 de septiembre un discurso muy parecido a estas palabras del mandatario mexicano al decir que no quiere cobrar más impuestos, simplemente quiere que cumplan quienes deben cumplir.
Puso como ejemplo a los contribuyentes cautivos como los profesores, los bomberos o los policías que pagan impuestos puntualmente, en cambio, personas con más dinero buscan la manera de engañar al fisco o, como sucede todavía en México, donde el Gobierno regresa impuestos por el dictamen de un juez que seguramente se llevó un buen porcentaje de los millones de pesos que regresará Hacienda al poderoso empresario.
Biden no puede olvidar que, como parte de la campaña en busca del voto, Donald Trump hizo gala de ser evasor de impuestos desde joven, con maniobras para pagar menos de lo que debe. En 2018, The New York Times aseguró que Trump no amasó su fortuna él mismo, sino que heredó más de 400 millones de dólares de sus padres, gran parte a través de evasión de impuestos.
La cercanía de los dos países propiciaba que el salto de la frontera significara impunidad para los evasores o simplemente una artimaña para quienes pueden evitar pagar los impuestos que es justo pagar.
Biden se declaró un presidente capitalista en un discurso que pareciera el más duro dirigido a su población; López Obrador nunca ha declarado su postura ideológica, pero lo esencial es que ambos buscan la equidad y la justicia.
Equidad para que todos los habitantes, en ambos países, tengan igualdad de obligaciones fiscales, y justicia porque ya no podrán los evasores tomar al país vecino como lugar de desvíos de dinero que le corresponden al fisco de sus respectivas arcas.
La equidad es un viejo sueño en la historia del planeta. En todo país hay mucho más pobres que ricos, sin importar el sistema económico que impere. Pero en cuanto a la justicia igualitaria donde también haya uniformidad y no precisamente en las formas de aplicar las sanciones, sino en la igualdad de derechos y deberes de quienes, basados en su poder económico, se les hacía más fácil evadir el pago de impuestos, que es dinero destinado a la obra pública.
Se hace urgente que estas medidas tomen forma, que tengan dientes para castigar a los evasores y haya un sistema judicial que se preocupe más por el bienestar de la comunidad que por sus propios bolsillos.
PEGA Y CORRE.- Los damnificados del cerro del Chiquihuite también son víctimas de la venta de casas a través del Infonavit en sexenios pasados, a pesar de que hay un Atlas que define a esa zona como de alto riesgo…