La Jornada
Más de 130 millones de personas caerán en pobreza extrema para 2030 sólo a causa de los desastres naturales, estima el Banco Mundial.
Como una medida contra el cambio climático y a favor del desarrollo, se requieren billones de dólares canalizados a infraestructura para mover la generación de energía a fuentes que no sean contaminantes, abundaron especialistas del organismo.
A nivel global el 70 por ciento de las emisiones de carbono son producidas por las industrias energéticas y aún con ello 800 millones de personas no tienen acceso a electricidad, explicó Stephane Hallegatte, economista principal del Fondo Mundial para la Reducción y Recuperación de Desastres.
“Es un problema climático y de desarrollo”, recalcó Axel van Trotsenburg, director gerente de Operaciones en el Banco Mundial. Enfatizó que al ser el cambio climático un fenómeno que resentirán todos los países, se requiere reformar la manera en que trabajan algunos sectores, de inicio la agricultura, la silvicultura, el suministro de agua y el financiero. Hallegate recalcó que no es suficiente reducir el volumen de emisiones de carbono, se debe llegar a un nivel cero con “inversiones masivas” en energías renovables.
Subrayó que los billones de dólares que ya están trabajando en el sector energético, podrían “invertirse mejor”, en tecnologías solares y eólicas que a la larga resultan más baratas. “Esas inversiones a largo plazo se pagarán por sí mismas. Cuando gastamos un dólar en infraestructura renovable, evitamos cuatro dólares en pérdidas más adelante. Cuando pagas un panel solar, no pagas por el combustible”, detalló.
En el marco de las Reuniones Anuales del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial se habló, como se ha hecho por años, del cambio climático. En una participación grabada, Antonio Gutérres, secretario general de la Organización de Naciones Unidas, recalcó que “es esencial” que se alcancen los acuerdos de París.
Tan sólo en los países en desarrollo se requieren como mínimo 100 mil millones de dólares al año para adaptación y mitigación y hacia allá se deben dirigir las finanzas públicas y privadas, abundó.
Sin embargo, el sistema financiero no está de lleno viendo el cambio climático. “Pese a los acuerdos a los que se llegó en París, y que se repiten cada año desde entonces, los niveles de préstamos en los bancos multilaterales no están cerca de lo que se necesita para impactos transformadores”, comentó.
“Es responsabilidad del multilateralismo invertir en mitigar el cambio climático para evitar la pérdida de billones de dólares en la economía mundial, “si los bancos públicos de desarrollo no lideran este frente, nadie lo hará”, enfatizó.